Por la Madre Teresa de Chalchihuites

BUENOS DÍAS les dé Dios a ustedes y todos los suyos, son mis deseos. Que las autoridades “diferentes” se pongan a trabajar y, como dice todo Zacatecas, “rompan sus acuerdos con el narco”.

 ¿SERÁ CIERTO que hay complicidad “crimen – autoridad”? ¿Cómo afirmarlo o desmentirlo?, pero la ciudadania así lo percibe y lo dice en las plazas, en los restaurantes, en la salida de los templos, los cines, las calles…: “El gobierno y los malos están asociados, conforman una simbiosis, una mafia”.

 Y APORTAN: “¿Por qué siempre aparece la policía en el lugar del crimen después de que alguien llama al 911?”.

 “¿POR QUÉ en el lugar de los hechos no rondan patrullas y policías si presumen estar en constante vigilancia las 24 horas del día y hasta ubican los puntos más conflictivos? “¿POR QUÉ los malos llegan a las casas de sus víctimas y las asesinan, hieren a balazos y huyen con tranquilidad en sus vehículos sin que ninguna policía se atreva a detenerlos?”.

 “¿POR QUE las cámaras de seguridad -donde las hay- no funcionan?”.

 “¿POR QUÉ los malos llegan a tu casa disparando y violentamente te sacan y te desaparecen o te secuestran para después pedir rescate y en la pocas ocasiones que los detienen resulta que son delincuentes de ‘poca monta o novatos’”?.

 “¿POR QUÉ con toda la tranquilidad del mundo e impunidad, los malos llegan a tu casa y abriendo puertas a tiros te matan a balazos con todo y familia?”.

 “¿POR QUÉ los malos, siendo minoría, pueden más que el Gobierno que tiene el poder económico, político y social?”.

 EN BASE a estas interrogantes, el ciudadano llega a la conclusión de que autoridades y criminales son uno solo, es decir, “narco-gobierno”.

 Mi Niña, mi Preciosa Niña

MÁS QUE una sugerencia, fue una orden:

“SEPÚLTENLA de inmediato”, les dijo la autoridad a los deudos de Cinthia Nayeli, porque tenía temor de que todo el pueblo se volcara en su funeral y la indignación se volviera incontrolable.

 HUMILDES, destrozados por la enorme pérdida de la niña estudiante de preparatoria de la UAZ, acataron la orden del representante del Gobierno de Zacatecas.

 Y AL DÍA siguiente fue sepultada en su comunidad: un féretro blanco seguido por decenas de gente indignada, silenciosa, llorosa.

 CINTHIA NAYELI estaba ahí de regreso a su pueblo, pero sin vida: en la “civilizada” capital del estado la violaron, asesinaron y su cuerpo, semidesnudo, arrojado en un arroyo de aguas negras.

 ¡DIOS MÍO, cuanta maldad!

SU DESAPARICIÓN, un día antes, presagiaba su muerte: “Ocurre que cuando la gente desaparece, la hallan muerta”, decían las propias autoridades. Bueno, no en todos los casos, pero si en su mayoría.

 NUESTROS Gobernadores Alejandro Tello Cristerna y Cristina Rodriguez Pacheco de Tello, desde el viernes 13 andaban desaparecidos, perdón, de fiesta: Cristina en Estados Unidos “trabajando diferente”, y Alejandro con sus amigos disfrutando de su Semana Inglesa”, tal vez de cacería como la realeza británica.

 DICEN QUE se molestó cuando le informaron del cobarde asesinato de la niña y Tello tuvo que regresar a la capital a regañadientes, porque a pesar de que el “cerebro” de Comunicación Social, Héctor Alvarado Gómez, había enviado a los medios de comunicación un boletín de prensa con foto de archivo para “expresar su ‘dolor’ por la muerte de la estudiante”, no había sido suficiente para calmar la ira de un pueblo indignado por tan abominable crimen.

 “¡QUE TELLO dé la cara!”.

 AYER, ALREDEDOR de 13 mil personas, la mayoría estudiantes, hacían responsable a Tello por el asesinato de su compañera de estudios: gritaban consignas, insultos y pancartas que rezaban: “Alejandro Tello, ¡¡NO CUMPLISTE!! ¿Ya te vas? #Contrato por Zacatecas”, mientras que funcionarios de la UAZ caminaba en silencioso, sólo se oían tambores, tambores que de no escucharlos serán de guerra.

 LA MUCHEDUMBRE exigía a gritos que el gobernador Tello saliera de la Casa de los Perros y diera la cara, pero, temeroso, no le hizo frente: minutos después, al reunirla, la prensa le preguntó por qué no salió a darle la cara a los manifestantes y así respondió:

“…REALMENTE no tengo ningún problema porque yo no maté a Cinthia”.

 MI JARDÍN está arrasado por el cruel otoño de la corrupción y la inseguridad, mis flores están marchitas, sobre grandes charcos de sangre.

 HOY, ANTES de terminar mi jornada diaria, me enteran que los asesinatos y secuestros en la tierra de rostro de cantera y corazón de plata, continúan y viene a mi mente la reflexión del locutor y periodista Francisco Escobedo: “AL PASO que vamos no habrá Zacatecanos a quien gobernar”.