Por Regina Sepúlveda Van Hoorde

EL MARTES 20 de abril de 2021 quedará como un día histórico en el futuro estadounidense. En la ciudad de Mineápolis, un jurado compuesto por 14 personas declaró al expolicía Derek Chauvin culpable del asesinato de George Floyd. Derek Chauvin fue acusado de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado.

COMO SEGURAMENTE todos recordamos, el 25 de mayo del año pasado, el afroestadounidense de 46 años George Floyd fue arrestado por la policía de Mineápolis. Durante el arresto, el entonces policía Derek Chauvin, fue captado en video mientras presionaba su rodilla sobre el cuello del señor Floyd. 9 minutos 29 segundos. Ese fue el tiempo que Chauvin presionó el cuello de Floyd. 9 minutos 29 segundos. Ese fue el tiempo que George Floyed rogó por respirar. 9 minutos 29 segundos. Ese fue el tiempo que bastó a un policía blanco para asfixiar de la forma más injusta a un hombre afroamericano hasta la muerte.

LO SUCEDIDO esa tarde en Mineápolis, desató cientos de protestas, no sólo en ciudades americanas sino por todo el mundo. La gente salió a las calles desafiando las medidas de restricción por la pandemia COVID-19 para protestar en contra de la discriminación racial que sigue siendo un tema tan pertinente en Estados Unidos, así como la brutalidad policial.

LA PANDEMIA del COVID-19 ha ocupado la atención y acción del gobierno de Estados Unidos y los gobiernos del mundo durante el pasado año, sin embargo hay otros problemas graves que afectan la salud pública en el país. Existe una pandemia de racismo y una pandemia de violencia policial. Lamentablemente, el caso de George Floyd no es una rara excepción en el sistema policial estadounidense. Más de mil personas al año en Estados Unidos se ven en la misma situación de George Floyd. Sin embargo, no todos han tenido la “¿suerte?” de ser captados en video para exponer la realidad del sistema policial y buscar justicia. Estos datos han hecho que la Asociación Médica Estadounidense (AMA) considere la violencia de la policía propiamente como un “problema de salud pública”.

BLACK LIVES Matter conocido también por sus siglas BLM, es un movimiento internacional que busca terminar con el supremacismo blanco y con la violencia infligida a las comunidades negras. Este movimiento comenzó en 2013 como respuesta al asesinato de Trayvon Martin, un estudiante de secundaria afroamericano de 17 años de edad, asesinado en Florida con un arma de fuego ya que otro hombre pensó que se veía “sospechoso”. Desde entonces, el movimiento se ha mantenido activo en protestas y respondiendo a otros injustos asesinatos de personas afroamericanas. El año pasado, BLM estuvo presente de forma internacional en las protestas y lideró la lucha para buscar justicia para George Floyd, así como los nuevos casos que se dieron durante este tiempo.

POR UN lado la pandemia del Coronavirus, por otro la brutalidad policial, y encima una sociedad inmersa en el racismo estructural. La población afrodescendiente en Estados Unidos se ve obligada a enfrentar factores en la sociedad que contribuyen constantemente a la desigualdad racial. Durante siglos se han normalizado actitudes y creencias hacia esta población que crean un sistema donde se les discrimina de forma estructural. Un ejemplo de las causas de este sistema es el “miedo nativista” que se dio en Estados Unidos durante el Siglo XX. Entre 1916 y 1970, en Estados Unidos se desarrolló un proceso llamado la “Gran Migración”. Fue un proceso de migración interna de las personas afroamericanas desde los estados rurales sureños hacia diferentes estados. Asimismo, durante el Siglo XX en general comenzaron a llegar muchos migrantes extranjeros, tanto de México y Latinoamérica como de países europeos y asiáticos. Todo esto provocó cambios demográficos dentro de las comunidades estadounidenses que eran casi absolutamente “wasp” (white, anglo-saxon and protestant) o blancas, anglosajonas y protestantes. Este choque de culturas generó un temor a lo desconocido; a los migrantes. Los estadounidenses wasp tenían miedo de ser “superados” por las otras razas, por lo que buscaban siempre ejercer control sobre ellas.

ACTUALMENTE, LA sociedad estadounidense continúa con elementos de este miedo nativista, que se ven muy presentes en el supremacismo blanco. Una parte importante de la población estadounidense se identifica con estos sentimientos y se ha visto reflejado de manera particular con el apoyo que tiene el expresidente Donald Trump con sus discursos xenófobos y en contra de la migración.

EN CONTRASTE, el nuevo presidente demócrata Joe Biden presenta un mensaje muy diferente a su predecesor. Biden habló sobre la sentencia contra Chauvin diciendo que “esta podría ser una oportunidad para abordar el racismo sistémico”. Asimismo, Kamala Harris, la vicepresidenta, comentó que “el día fue uno de justicia en Estados Unidos”.

SIN EMBARGO, muchos alegan que el veredicto de triple culpabilidad de Chauvin no es justicia, sino tan solo rendición de cuentas. La justicia sería que George Floyd estuviera vivo. La justicia sería una sociedad sin racismo. La justicia sería que el sistema policial no asesine a sus ciudadanos. Ante esta situación, habrá que ver si el mensaje de Biden realmente se traduzca en una toma de acciones y reformas para combatir el racismo sistémico y la brutalidad policial. Asimismo, esperemos que este caso quede como ejemplo no solo para la sociedad estadounidense pero también hacia los otros países que cuentan con comunidades que “no pueden respirar”.