Por Alejandra Vizcarra Jonsson

“VAMOS A Estados Unidos a vacunarnos”, “vámonos de shopping y de pasada nos ponemos la vacuna”, “aquí no nos va a tocar la vacuna hasta el 2022 y si bien nos va, mejor hay que cruzar la frontera”. Estas son algunas de las frases más escuchadas últimamente en las esferas sociales altas de México.

LOS SISTEMAS de salud están colapsando alrededor del mundo y los países están peleando por las vacunas contra el COVID-19. Este fenómeno es una amenaza contra los sistemas de salud y la logística global de distribución de las vacunas. La pandemia ha impulsado el llamado “turismo de vacunas”. El poder adquisitivo juega un rol primordial en este fenómeno. Gran parte de la polémica que gira alrededor de esta problemática es que sólo la minoría tiene el privilegio de vacunarse en el extranjero. Su poder adquisitivo les da la oportunidad de “hacer trampa” y “saltarse su turno”, con respecto a la vacunación en su país.

EN LOS últimos meses, las personas se han visto en la necesidad de buscar sitios para recibir sus dosis de vacunas contra el coronavirus puesto que en sus países la oferta es poca y la demanda es alta. La búsqueda por la inmunización no va a parar y los sistemas de salud en muchos países no han sabido controlarla.

ESTADOS UNIDOS fue el país promotor de esta campaña. El estado de Florida fue quien tomó la iniciativa e impulsó la vacunación contra COVID-19 sin importar el lugar de procedencia. A Estados Unidos se le sumó Dubái con paquetes vacacionales de lujo que incluía: resort, jet privado y vacuna por 55,000 euros. Los sectores de salud y turismo han decidido unir sus fuerzas para planear la logística detrás de la vacunación a extranjeros. En los últimos días, Alaska y las Islas Maldivas se han sumado a esta lista. Por último, Rusia y Cuba esperan abrir sus puertas al turismo de vacunas.

AHORA BIEN, conforme el plan de vacunación ha avanzado, 13 estados se sumaron a la iniciativa de Florida, entre ellos Texas, Louisiana y Arizona. En estos tres estados, la vacunación se abrió al turismo sin restricción de residencia o ciudadanía. No obstante, otros estados han decidido sí pedir pruebas de residencia o licencia de trabajo para recibir la vacuna contra el COVID-19.

CURIOSAMENTE, TEXAS y Arizona son estados vecinos de México y cuentan con una alta población de migrantes de habla hispana. Aunque no hay una respuesta oficial por parte del gobierno ante esta “curiosidad”, existe una amplia relación entre la necesidad de abrir sus fronteras y la vacunación. De manera personal, considero evidente que este episodio coyuntural va a tener repercusiones positivas en las economías de ambas partes.

EL ACCESO a las vacunas en Estados Unidos es fácil y rápido (en los estados mencionados). Es sencillo encontrarlas en casi todas las farmacias, centros de salud, supermercados, e incluso Walmart. Los turistas siguen llegando a Estados Unidos a vacunarse sin restricciones; la única que se podría mencionar es la edad, los mayores de 16 años pueden acceder a la vacuna. Sin embargo, esta restricción no es por cuestiones nacionales, sino porque así lo indican las farmacéuticas y las vacunas.

LAS VACUNAS que se están aplicando son Moderna, Pfizer y, hasta hace unos días, la Janssen (Johnson & Johnson), la única vacuna que se administra en una sola dosis. Ante este panorama, Estados Unidos alcanzó el lunes 19 de abril un récord de 2.6 millones de personas vacunadas, esto quiere decir que aproximadamente el 65% de su población ha recibido, por lo menos, una dosis de las vacunas.

EL ÚNICO requisito que piden es que recibas las dos dosis en Estados Unidos. La segunda cita se genera de manera automática a las tres o cuatro semanas tras ser vacunado por primera vez. Aunque no es necesario, se recomienda permanecer en el país durante ese lapso para no contraer el virus en el extranjero.

ESTA ES una de las razones por las cuales se ha generado una problemática con respecto al privilegio que gozan los turistas de vacunas. México no es el único país que goza de estas oportunidades. Los países de América Latina con un gran poder adquisitivo también han decidido viajar a Estados Unidos para acceder a la vacuna de manera más eficaz.

EL TURISMO de vacunas es un problema que afecta a diversas áreas de manera transversal. Cuando un país acapara las vacunas, en este caso Estados Unidos, le quita la posibilidad a otros países con menos recursos de comenzar o continuar con su plan de vacunación. Esto a su vez afecta la legitimidad y la logística de los sistemas de salud nacionales y a los programas internacionales, como COVAX. Además, es una minoría de la población la cual puede acceder a esta clase de turismo.

QUIEN SE vacuna en el extranjero es porque puede, no sólo porque quiere. El turismo de vacunas no es asunto de supervivencia, sino una muestra de desigualdad.