Por Mariana Lazos

LA MÁS reciente escalada bélica entre Israel y Palestina, la más grave en siete años, dejó un saldo de más de 250 personas muertas; aproximadamente 243 en Gaza y 13 en Israel, además de miles de personas desplazadas. Después de días de agresiones, el 21 de mayo se firmó el cese al fuego. Israel demostró, una vez más, su poderío tecnológico y militar y evidenció la asimetría del conflicto.

UNO DE los factores que resulta indispensable analizar cuando hablamos de la situación en Israel y Palestina es el respaldo estadounidense al primero. Israel es cliente frecuente de Estados Unidos cuando de armamento se trata. Entre 2016 y 2020, las adquisiciones de armamento estadounidense por parte de Israel aumentaron en 335%. Tan solo unas semanas antes de los últimos acontecimientos entre Israel y Palestina, Estados Unidos había aprobado la venta un paquete de armamento militar de 735 millones de dólares a Israel.

ADEMÁS, DESDE hace décadas, Washington aporta millones de dólares para ayuda militar al gobierno israelí. El gobierno estadounidense ha contribuido a desarrollar el sistema de defensa del Domo de Hierro e Israel es uno de los mayores receptores de ayuda exterior de Estados Unidos; recibe aproximadamente tres mil millones de dólares anuales, según USAID. Ambos países son importantes aliados en organismos internacionales, como, por ejemplo, en la ONU, donde el poder de veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad ha protegido por años a Israel.

Y ES QUE Israel es un importante aliado y socio económico de Estados Unidos en el Medio Oriente. Para nuestro vecino del norte es fundamental apoyar a Israel para que mantenga su ventaja militar y se pueda defender de posibles amenazas regionales. Al mismo tiempo, buscan resguardar su acceso al petróleo y a las vías fluviales de la región, así como limitar el crecimiento de grupos no-estatales que representan una amenaza para Occidente como Hamas, al-Qaeda o el Estado Islámico. Además, no podemos no mencionar la fuerza e importancia del lobby judío en Estados Unidos y su influencia sobre el Congreso, la opinión pública, la academia y los medios de comunicación.

EL RÉGIMEN israelí ha sido apoyado por los demócratas y republicanos que han habitado la Casa Blanca y todo indica que así seguirá siendo con la administración de Biden, a pesar de las voces de algunas figuras políticas estadounidenses tales como Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, quienes han denunciado y criticado el apoyo estadounidense a Israel.

Twitter: @_marianalazos