“Mi Padre me Enseñó, no con las Manos, Pero sí me Conectó”

Por Manuel Domínguez Caldera

Fotografía relevante a la nota.

Alejandro López López, en entrevista (Foto: Rocío Castro Alvarado)

En entrevista para Página 24 Zacatecas, el artesano wixaritari, Alejandro López López, comentó los procesos de creación, diseño y confección de objetos de su autoría, así como la difusión de la cultura y la importancia de preservar sus tradiciones a través del arte, las artesanías y el reconocimiento y respeto a las culturas autóctonas.

Detalló que lleva un poco más de 6 años laborando y diseñando objetos, cuadros o jícaras, en las que plasma rasgos y símbolos de su cultura, tanto para sustentar económicamente a su familia, como para difundir y preservar sus tradiciones y formas de vida.

“Vengo de Nayarit, tengo ya seis años trabajando aquí, mi trabajo es sacar adelante mi artesanía, desde que inicié mi trabajo me ha gustado hacer cuadros con hilo. Ahorita se complicó un poco por la pandemia, pero volvimos otra vez a empezar para sacar adelante los cuadros y a nuestros hijos, pues de aquí sale. Entonces sigo haciendo cuadros, no de los mismos colores, sino que también hago por encargo”.

Recordó que si bien para su familia, y prácticamente para todas las familias, es complicado cursar estudios; desde la educación primaria realizaba dibujos en sus libretas sobre objetos, animales o plantas que estaban a su alrededor.

Originario del Nayar, Alejandro López terminó la educación primaria a diferencia de muchos de sus hermanos, amigos y familiares dejaron tanto por la falta de recursos como por la lejanía de las escuelas desde sus ranchos o pueblos que se encuentran ubicados en diferentes puntos de las zonas serranas de Zacatecas, Jalisco y Nayarit.

Luego, contó que fue su padre quien le pidió e inculcó seguir difundiendo su cultura y comenzó a aprender de otros artesanos. Sin embargo, al carecer de sustento económico, siguió trabajando en el campo con su familia, hasta que su padre tomó o le fue asignado un “cargo” dentro de las ceremonias wixárika, lo que le llevó a aprender más elementos esenciales de los ritos, ceremonias y tradiciones que preservan con recelo.

“Mis papás ya sabían hacer los cuadros, pero no los usaban para vender. Creo que más bien ellos nos prepararon para que no nos olvidáramos de la artesanía. Mi padre me decía que hiciera un cuadro para ir a ofrendarlo a Real de Catorce. Entonces yo lo hacía, pero desde la primaria me gustaba hacer dibujos como venados, tambores y “ojos de dios”, pero no con hilo sino en mi libreta”.

Después de conocer más detalles sobre su cultura, acudió a Zacatecas capital y a otros estados, a invitación de un amigo que ya se dedicaba a la venta de artesanías, para que vendiera las obras que realizaba en el Nayar. Al darse cuenta que era redituable, decidió dedicarse a este oficio.

Aprendiendo primero a decorar cosas pequeñas, figuras, jícaras, ente otros; para luego crear artesanías de gran valor por su composición y detalles, que muestran en su mayoría aspectos relevantes de la cosmogonía y cosmovisión del pueblo wixárika.

Después a Alejandro también le tocó “cargo” y asistió a diversos ritos y ceremonias de su cultura, con lo que pudo conocer más aspectos relevantes sobre el por qué de cada aspecto de su cultura y por qué continúan preservando dichas tradiciones.

Asimismo, esto le permitió conocer los lugares sagrados por los que pasan en su recorrido de cacería del venado, animal sagrado para su cultura que simboliza a su vez al hikuri, también conocido como Peyote.

“Desde los 23 años me tocó cargo, por seis años, entonces ya tenía más ideas de cómo tiene que ir cada elemento y dónde tiene que ir el “Abuelo fuego” (Tatewari), porque sí sabía dónde se colocaban las cosas. De ahí salí y todavía no tenía ningún lugar, sólo venía a vender a Zacatecas, pero me regresaba a Nayarit. Ya después de entregar el cargo, nos despedimos y nos pidieron que siguiéramos conectados y que no los dejemos solos. Es como si dejaras tu cultura y tradición, por eso nos dedicamos a lo que sabemos y tenemos más tiempo. Mi padre me enseñó, no con las manos, pero sí me conectó para que nunca dejara de hablar de mi cultura, porque todos estos cuadros son cultura o un resumen de nuestra cultura, también van saliendo más colores e imágenes”.