Aquí Fresnillo

Por Margarito Juárez González

Fresnillo, Zac.- Una persona de la tercera edad fue amenazado vía telefónica con asesinar a sus familiares si no hacía lo que le ordenaran.

Juan Miguel de 75 años se encontraba en su casa ubicada en la calle Álvaro Obregón, zona Centro del Municipio de Calera de Víctor Rosales, cuando recibió la llamada de un sujeto que dijo era miembro de un poderoso grupo de la delincuencia organizada.

Juan Miguel estaba realizando sus actividades normales por la mañana cuando de pronto le marcaron por teléfono y le dijeron que de su número celular han estado dando información de la ubicación de miembros de la delincuencia organizada y le dijeron que necesitan revisar su celular.

El hombre de la tercera edad muy nervioso y asustado por la forma en la que lo amenazaron, hizo lo que le estaban indicando: que se dirigiera al municipio de Fresnillo, en donde una persona iba revisar su teléfono.

Siempre le estuvieron diciendo que, de no hacerles caso, matarían a sus familiares, y hasta le dijeron en qué domicilio se encontraban.

Al llegar a Fresnillo, le ordenaron que se hospedara en el Hotel Lirmar, el cual está ubicado a unos metros de las instalaciones de la Central de Autobuses, por lo que el hombre de 75 años, pidió ahí una habitación. Personal administrativo observó que la persona estaba muy asustada y no quiso hablar con ellos, por la incertidumbre de lo que le pudiera pasar.

Al ver el grado de nerviosismo del hospedado, un empleado del susodicho hotel dio aviso al personal del Sistema de Emergencia 911, y elementos de la Policía de Investigación acudieron al Lirmar, para interrogar a Juan Manuel en la habitación número 2.

Después de escucharlo, le dijeron que era víctima al azar de un grupo de delincuentes que se dedican a la extorsión y que, por lo general, operan desde los reclusorios, diciendo que tienen a un miembro de su familiar secuestrado y le exigen por su liberación cierta cantidad de dinero, que deberán depositar en un Oxxo, o en tal y cual Banco. Y colorín, colorado.

Juan Miguel recobró la serenidad y regresó a Calera, con la consigna de no contestar el celular si no reconoce el número de donde le llaman, o colgar de inmediato en cuanto comiencen las amenazas.