“Nunca Estuvimos Preparados Para Este Proyecto”

Por Manuel Domínguez Caldera

Fotografía relevante a la nota.

Miguel Ángel Aguilar Dávila (Foto: Rocío Castro Alvarado)

En entrevista para Página 24 Zacatecas, el docente universitario Miguel Ángel Aguilar Dávila, retomó el tema sobre la necesidad de un análisis sobre los efectos colaterales que está dejando la pandemia a la educación en general.

Además, enfatizó que en las áreas educativas hay jóvenes, niñas y niños, que no conocen a sus compañeros ni a sus profesores, sobre todo porque con las medidas de la contingencia sanitaria se optó por una educación a distancia y virtual.

Expuso que toda esta adaptación también traerá consecuencias pues no se puede garantizar que dichos modelos digitales o híbridos puedan dar los resultados esperados. Sobre todo porque las dinámicas cambiaron y la nula interacción real entre maestro y alumno no permite que mejore el sistema educativo.

“Nosotros, como docentes, lo que vimos como problema fue la adaptación, primero porque nunca estuvimos preparados y este proyecto de privatizar y desmantelar la salud, nos dieron cuenta que no estábamos preparados para enfrentar la pandemia. Vimos que el problema no era tan fácil y tuvimos que adecuarnos a las tecnologías para no perder el ciclo escolar”.

“De pronto nos dimos cuenta que la universidad tenía que adaptarse y se realizaron cursos para los profesores para enfrentar esta situación. Pero aún con eso ha sido difícil la adaptación, pues es difícil tener a los estudiantes en las pantallas. Pero nos enfrentamos a una sociedad que en estos momentos necesita de la socialización, es decir volver a conocerse o participar, pues ahora no podemos medirla o estudiar como tal. Es decir que los muchachos no son vigilados ni se garantiza que entreguen sus trabajos.

Además tenemos como problemas: ha cambiado la relación profesor-alumno, pero ahora esta relación cambia en el sentido de que no nos conocemos ni convivimos. Entonces la universidad ya no es el espacio de deliberación y de discusión, sino que ahora es parecido al “púlpito”, donde el profesor sólo es escuchado y la participación de los jóvenes estudiantes, sigue siendo menor.

Enfrentamos graves problemas, y los jóvenes requieren que se les apoye, pero no todos estamos preparados para atender los problemas. Por otro lado, la vida de los trabajadores y la vida sindical ha caído drásticamente pues no podemos hacer reuniones, de tal forma que somos presa fácil y no podemos organizarnos y luchar por nuestros derechos”, terminó.