“En una Guerra se Pierden Vidas, Esperanzas y la Confianza”

Por Manuel Domínguez Caldera

Fotografía relevante a la nota.

En la Catedral Basílica de Zacatecas, el obispo de la Diócesis del estado, Sigfredo Noriega Barceló, realizó la última misa dominical del tiempo ordinario e invitó a la feligresía a prepararse para la siguiente fecha católica del “Miércoles de ceniza” que dará inicio a la cuaresma y a la tradicional semana santa (Foto: Rocío Castro Alvarado)

En la Catedral Basílica de Zacatecas, el obispo de la Diócesis del estado, Sigfredo Noriega Barceló, realizó la última misa dominical del tiempo ordinario e invitó a la feligresía a prepararse para la siguiente fecha católica del “Miércoles de Ceniza” que dará inicio a la Cuaresma y a la tradicional Semana Santa. Asimismo, en su homilía citó el pasaje bíblico en el que se invita a no buscar la “paja en el ojo ajeno” sin percatarse de la “viga que lleva el ojo propio”.

También llamó a la paz y a la justicia para que a través de la participación ciudadana puedan mejorar las cosas para la entidad, ya que en los últimos meses ha vivido en un ambiente de incertidumbre.

“Los saludo con el deseo de la paz, de vivir con dignidad, con confianza, de convivir como decíamos antes ‘como Dios manda’. Termina el primer tiempo ordinario, siete semanas de enero y febrero, termina la primera parte porque el miércoles inicia otro tiempo que es la cuaresma. Podemos hacer un repaso de lo que hemos vivido, cada uno sabe su persona y los proyectos, los anhelos de este año, las aspiraciones, retos y también las preocupaciones. Como familias, como trabajadores, escuelas; a nivel social han sido siete semanas muy complejas, el saludo de aquél 6 de enero no fue la paz, sino una declaración de guerra, aquí cerca pero estaba dirigido a todos. Después, el saludo de la pandemia otra vez, números altos de contagios.

“La incertidumbre y el desconcierto de qué va a pasar, pero también qué y cómo le vamos a hacer. Al terminar este mes otra vez la violencia que vemos cerca, no sólo como una provocación sino como una realidad cercana a todos. A nivel del mundo lo hemos visto esta semana, Dios y la humanidad lloran, no es posible que después de dos mil años vivamos en la guerra y el desconcierto de las tierras”.

También recordó una reflexión que emitiera el Papa Francisco, que profundiza sobre la guerra “donde no se piensa en el prójimo, y en el crimen organizado no se piensa en el prójimo ni el presente, ni el futuro de una familia, sociedad o el pueblo”. Por ello, comentó que “en una guerra perdemos todos, en las acciones del crimen perdemos todos, se pierden vidas, esperanzas y la confianza en el ser humano. Por eso tenemos la tarea de enfrentarla y aprender de las situaciones complejas y difíciles, el mal existe pero también existe la bondad y existimos como seres humanos que podemos ser capaces de grandes cosas”.