“Conviértete y Cree en el Evangelio”

Por Manuel Domínguez Caldera

Fotografía relevante a la nota.

Como cada año, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló llevó a cabo el rito católico que conmemora el inicio de la “Cuaresma” y las festividades que se desarrollarán hasta Semana (Foto: Rocío Castro Alvarado)

Como cada año, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló llevó a cabo el rito católico que conmemora el inicio de la “Cuaresma” y las festividades que se desarrollarán hasta Semana

Santa. Además, en el resto de los templos de este culto religioso se congregaron creyentes para recibir la cruz de ceniza en la frente, de ma­nos de los sacerdotes o bien de sus ayudantes.

Al mediodía y desde la Catedral Basílica de Zacatecas, el obispo recordó a los feli­greses que estas fechas no sólo “se tratan de dejar de comer carne”, sino más bien buscar ser parte de una celebración familiar y de la comunidad, del ayuno y del sacrificio, entre otros símbolos y prácticas católicas.

“Tres signos: la ceniza, la cruz con la que se dibuja con la ceniza y la invitación “conviértete y cree en el evangelio”. Es el inicio, son cuarenta días de ir al desierto. El domingo próximo meditaremos en el desierto y recibiremos la invitación, ve al desierto o mejor dicho vamos al desierto. Cuarenta días, nos suena tiempo fuerte, es quizá el tiempo más significativo para nuestra religiosidad, es el tiempo donde hay más redenciones, que el mismo pueblo cris­tiano ha creado a lo largo de los siglos para ayudarse a meditar, a realizar el viacrucis”.

“La cuaresma es camino hacia la pascua, y la pascua es muerte, sepultura y resurrec­ción, que la celebraremos en el corazón de semana santa. 40 días y después vendrán 40 días de paso, tres meses y culminaremos en Pentecostés. Hoy iniciamos desde este contexto, la situación que estamos vivien­do, la cuaresma es el mismo llamado a la conversión, lo que va cambiando cada año. Seguimos con las secuelas de la pandemia, por eso seremos un poco restrictivos en el signo de la ceniza. Pero están las otras pandemias y virus, que nos han cuestionado tanto las últimas semanas, meses y años, el virus de la violencia y el de la inseguridad y todas las secuelas que esto trae”.

“No se trata sólo de no comer carne, se trata de abstenerse de todo aquello que contribuye a que el mal aumente; la limos­na es la relación con los demás, no se trata de dar un centavo, es bueno ayudar en las necesidades concretas, pero hay que ir más allá. Hay que ser personas voluntarias que trabajan a favor de los demás; la oración es la relación con Dios, esa con confianza como hijos, de petición o intercesión”.