Aquí Fresnillo

Por Margarito Juárez González

Fresnillo, Zac.- Dos mujeres fueron sacadas con engaños de sus domicilios en el municipio de Enrique Estrada, por delincuentes que dijeron ser peligrosos narcotraficantes. Uno de los extorsionadores les llamó por teléfono y las amenazo de muerte si no hacían lo que él les ordenaba.

El delincuente con insultos y palabras altisonantes, les dijeron que ellos eran “narcotraficantes muy peligrosos y que no se tentarían el corazón para matarlas y regresar sus cuerpos a sus familiares en cachitos.

Quienes vivieron esta horrible pesadilla son Paulina de 34 años y su hija María Guadalupe de 18 años, ambas con domicilio en la calle San Felipe del municipio de Enrique Estrada.

Al filo de las 11:00 horas, Paulina de 34 años y María Guadalupe de 18, recibieron una llamada telefónica en la cual les dijeron que ellas, desde sus teléfonos celulares, habían estado reportando a la policía a gente armada.

Así, mediante amenazas e insultos las envolvieron y les ordenaron que se dirigieran a Fresnillo y se hospedaran en el Hotel Lirmar, en donde una licenciada iba revisar sus teléfonos, para saber su era cierto o falso que ellas eran o no las denunciantes.

Que en caso de no obedecer sus órdenes les aseguraron que iban ir por ellas y las matarían; las dos mujeres se espantaron mucho. Y les ordenaron que no colgaran el teléfono.

Les exigieron los números telefónicos de sus familiares y los nombres, y temerosas se los dieron, pues el miedo las tenía dominadas. Madre e hija abordaron un taxi y se dirigieron al Hotel en mención y a la recepcionista le pidieron una habitación.

Mientras ambas mujeres seguían hablando con los extorsionadores, los delincuentes se comunicaron con sus familiares diciéndoles que a madre e hija las tenían secuestradas y les exigieron cierta cantidad por su liberación.

Trabajadores del hotel las notaron muy asustadas y dieron aviso al Sistema de Emergencia 911, y a los pocos minutos llegaron varios policías al hotel de marras.

Los uniformados le pidieron a la recepcionista el número de la habitación en donde estaban la madre e hija; tocaron la puerta y al abrir las mujeres seguían hablando con los extorsionadores, por lo que los policías les dijeron que colgaran, que se trataba de una extorsión telefónica.

Ambas mujeres estaban muy nerviosas y los policías les preguntaron que si requerían atención pre hospitalaria, contestaron que no, sin embargo las trasladaron a la Casa de Justicia para interponer la denuncia ante el Ministerio Público del Fuero Común.