“Hoy, la Invitación es Subir al Monte”

Por Manuel Domínguez Caldera

Fotografía relevante a la nota.

Como parte del rito católico, el Obispo Sigifredo Noriega Barceló, celebró misa en el segundo domingo de cuaresma e invitó a reflexionar sobre los días que representa la semana santa. Recordó que el primer domingo se invitó a ir al “desierto interior” y al encuentro con “Dios”. Además, llamó a meditar sobre el papel en la sociedad y en la espiritualidad (Foto: Rocío Castro Alvarado)

Como parte del rito católico, el Obispo Sigifredo Noriega Barceló, celebró misa en el segundo domingo de cuaresma e invitó a reflexionar sobre los días que representa la semana santa. Recordó que el primer domingo se invitó a ir al “desierto interior” y al encuentro con “Dios”. Además, llamó a meditar sobre el papel en la sociedad y en la espiritualidad.

“Hoy la invitación es subir al monte”, recalcó para ejemplificar con la parábola bíblica la cercanía con la deidad a través de la oración.

“En la oración y en la montaña se trasfigura, en lo alto y en la mirada que trasciende el tiempo y la materia. La oración, ese momento sublime de la vida de esa relación con Dios, las confidencias. En el desierto pareciera que uno habla consigo mismo, y en la montaña hablamos con Dios”.

También reflexionó que en la actualidad la mayor parte de las noticias son negativas, por lo que comentó que la mala noticia que recibieron los discípulos de “Jesús” sobre la muerte y el calvario que éste sufriría.

“como en este tipo de manifestaciones, epifanías y revelaciones, aparecen varios símbolos: la vestidura blanca, símbolo de la divinidad; la nube, símbolo del cielo y también la divinidad; aparece la palabra, la voz del padre “Este es mi hijo”, “escúchenlo”.

“Son muchas las lecciones: es cuaresma y no se termina el Viernes Santo, ni tiene un fin en sí misma; la cuaresma es un caminar hacia la pascua. En cierto sentido prefigura toda la vida, en espera de la pascua; esta cuaresma es la espera de la celebración litúrgica de la pascua y en espera simbólica de la pascua eterna de cada uno de nosotros. Por eso tiene tantos signos la cuaresma, y la palabra nos invita a la reflexión”.

“Levantemos la cabeza y miremos más allá del tiempo y esta vida, es difícil ante la situación oscura que vivimos, ante las tinieblas, sombras, ante el mal y la maldad humana. Pero necesitamos recuperar la mirada porque así recuperaremos la esperanza, no sólo en un futuro cercano”.