Antonio Rocha Dice ser Víctima, no Victimario

Por Rubén Palomo Macías

Fotografía relevante a la nota.

Antonio Rocha Romo (Foto: Diana Moreno Valtierra)

El alcalde del municipio de Trancoso, Antonio Rocha Romo, informó para Página 24 Zacatecas que el conflicto que continúa con los trabajadores del municipio es mera politiquería debido a que nunca se han hecho acciones en razón de género ya que los procesos se hicieron conforme a la ley.

“Sabemos quién es Alejandro Rivera Nieto, es quien presiona a la comisionada de derechos humanos para que se tuviera una resolución favorable a lo que ellos pedían. Nosotros estamos tranquilos ya que en ningún momento transgredimos los derechos de nadie”, comentó.

El alcalde agregó que no ha recibido notificación alguna por parte de la Co­misión de Derechos Humanos del Estado (CDHEZ) y señaló que en cuanto se reciba alguna notificación será analizada y están preparados para defenderse.

“Gracias a los medios de comunicación sabemos del contenido de la recomenda­ción pero nosotros la vamos a impugnar porque no se tomó en cuenta nuestra información. Todo se hizo bajo presión y en muy poco tiempo. Hay que decir a la ciudadanía que quienes transgredieron los derechos humanos fueron los que tomaron la presidencia municipal y los pozos de agua durante un mes”, añadió.

El alcalde apuntó que ya se tienen alrededor de 10 demandas penales por cada agravio que recibió la comunidad de Trancoso, se espera que se cite a los demandados para que ellos den respuesta a la denuncia.

“Estamos demandando por terrorismo por no dejar que el agua potable fluya hacia los ciudadanos. Además el líder de los trabajadores trató de extorsionarme pidiendo un puesto de aviador, pagarle sin trabajar, a cambio de dejar de molestar al municipio pero nosotros no caeremos en provocaciones”, agregó.

Finalmente el presidente señaló como sicario laboral al líder del Sindicato Inde­pendiente de Trabajadores del Estado de Zacatecas (SITEZ) y señaló que el líder se encuentra molesto porque en el municipio se le puso un alto.

“El cobra 50% de los laudos para lle­várselo a sus bolsillos y le pesa que se le ponga enfrente gente que quiere hacer las cosas bien”, remató.