¿Qué Sigue General Marín?
Por Margarito Juárez González
Zacatecas, Zac.- La pequeña niña de siete años baleada ayer viernes por la tarde en la Central de Abastos, murió en el Hospital General a consecuencias de un balazo en su cabecita: los cirujanos no pudieron rescatarla de las garras de la muerte, a pesar de las oraciones de la familia de la pequeña, que confiaba se recuperaría.
Fue por la madrugada de este sábado cuando personal médico del Hospital General informó de la muerte de Citlali Guadalupe, de tan solo siete años, lo que causó tristeza e indignación no sólo de los padres de la niña, sino de los empleados del nosocomio y de la sociedad entera que no se acostumbra a este tipo de violencia en las calles de la capital del estado, que está convertida en tierra de nadie, ante la alarmante ineptitud y valemadrismo de la “Nueva Gobernanza” de David Monreal Ávila, que en campaña electoral, rumbo a la gubernatura, se comprometió a regresarnos la paz y la tranquilidad a los zacatecanos.
En relación a este abominable asesinato, que cimbró los cimientos de la sociedad de Zacatecas, lo que trascendió es que la niña de siete años estaba con sus padres en la Central de Abastos, que realizaban varias compras, cuando de pronto escucharon balazos y observaron cómo la niña se desvanecía y comenzaba a sangrar de su cabecita.
Por la gravedad de la herida, los padres de la pequeña la subieron a un vehículo y la trasladaron al Hospital General para su atención médica.
Ahí constataron que la niña tenía una herida de bala en la cabeza y estaba inconsciente; pero desgraciadamente ya no logró despertar a pesar de los esfuerzos de los cirujanos.
Elementos de Servicios Periciales de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), acudieron al nosocomio para realizar el traslado del pequeño cuerpo y su traslado al Servicio Médico Forense (Semefo).
Cabe recordar que fue el pasado viernes por la tarde cuando se suscitó una agresión armada en contra de un hombre cerca de los sanitarios públicos en la Central de Abastos y a espaldas del rastro municipal, el cual, murió en el lugar a las 6:30 de lLa tarde aproximadamente y un “bala perdida” le destrozó la cabeza de la niña de siete años.