Por Nallely de León Montellano
Este viernes, el Honorable Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), realizó una ceremonia especial con sede en el teatro Fernando Calderón, con motivo de la entrega del Doctorado Honoris Causa, a Veremundo Carrillo Trujillo, académico de la universidad, considerado uno de los poetas más considerados más importantes de nuestra tierra.
El académico galardonado, se ha distinguido por más de siete décadas como un incansable luchador social, formador de numerosas generaciones de literatos, pionero en la defensa de los derechos humanos y vigía del patrimonio cultural de Zacatecas, entre otras cosas.
Veremundo Carrillo Trujillo fue fundador del campus II del sistema de preparatorias de la UAZ, y posteriormente ejerció como docente del, mismo; en 1987 llevó a cabo la fundación de la escuela de humanidades, y fungió como el primero director, y se dio a la tarea de nutrirla con profesores provenientes de diferentes estados.
También ha impartido innumerables cursos y seminarios, y ha publicado diferentes libros de poesía, los cuales lo han convertido en un referente en el panorama literario del estado.
En 1983 fue impulsor, fundador y consejero de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, y perteneció a la organización no gubernamental de defensa de los derechos humanos llamado Tenamaxtle.
Durante el acto, Rubén Ibarra Reyes, quien actualmente funge como rector de la máxima casa de estudios, expresó que Veremundo Carrillo forma parte de la esencia fundamental de la universidad, y mencionó que, con dicho homenaje, “la universidad gana mucho porque lo convierte en inmortal para nuestra universidad”
“No me siento ni digno, ni indigno, me siento parte de la vida de esta universidad, de este estado y este planeta”, mencionó el homenajeado Veremundo Carrillo Trujillo, quien al leer un discurso plasmado en hojas tipo bond, compartió que ingresó a la UAZ como maestro de secundaria, en marzo de 1964.
“Fue por invitación, desde entonces he sido universitario por 60 años y lo seré por los siglos de los siglos, pero ahora me siento reivindicado totalmente con este doctorado y con la cátedra aprobada, la universidad siguió viva en mí, y en mis diplomados avalados al principio por la unidad de letras, y al final por la institución en pleno de la universidad”, externó.
Dedicada a quienes han sido sus alumnos en el área de humanidades, compartió una estrofa plasmada en uno de sus libros:
“Pero el más grande orgullo y mayor premio, son mis hijos que al fin se me impusieron, yo entro a la prepa II, a la maldita, aquí se hicieron hombres, qué más quieren”.