Sedena

Desde 2007 se han abierto por lo menos 147 procesos penales contra 308 militares por delitos relacionados con violaciones a los derechos humanos, señala un documento interno de la Sedena hackeado por el colectivo Guacamaya

Por Diana Lastiri

Fotografía relevante a la nota.

De los 308 procesos penales contra militares, sólo 19 fueron sentenciados, pero la gran mayoría de éstos –16– resultaron absueltos/Foto: Cuartoscuro

Diciembre 25, Ciudad de México (apro).- Las vio­laciones a los derechos huma­nos cometidas por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) mantienen a por lo menos 308 integran­tes de la dependencia sujetos a procesos penales por los de­litos derivados de estas irre­gularidades.

Este registro, que data de 2007, en plena guerra contra el narcotráfico declarada por el expresidente Felipe Cal­derón y hasta septiembre de 2021, forma parte de los mi­les de informes hackeados por el colectivo Guacamaya y señala que existen 147 ex­pedientes relacionados con procesos penales iniciados contra elementos castrenses derivados de violaciones a los derechos humanos.

A pesar de ello, en los últimos dos sexenios, la Co­misión Nacional de los De­rechos Humanos (CNDH) únicamente ha emitido 45 recomendaciones por viola­ciones a derechos humanos cometidas por integrantes de la Sedena.

De acuerdo con informa­ción obtenida vía transpa­rencia, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto la CNDH emitió 22 recomendaciones a la Sedena por violaciones a derechos humanos, mientras que en lo que va del presen­te sexenio, con corte hasta el 13 de septiembre de 2022, el organismo había emitido 23 recomendaciones.

De las 45 recomendacio­nes emitidas en prácticamen­te una década, 15 fueron por violaciones graves a derechos humanos; cuatro ya fueron concluidas y aceptadas con cumplimiento total, mientras que, de las que están aún en trámite, cinco no han sido contestadas por la Sedena.

Proceso requirió a la CNDH el número de víctimas y elementos castrenses seña­lados como responsables en las recomendaciones emitidas del 1 de diciembre de 2012 y hasta el 13 de septiembre pasado. Sin embargo, el or­ganismo únicamente dio de­talles relacionados con siete recomendaciones. Así, en una de las dos recomendaciones emitidas en 2015 identificó a cuatro elementos del Ejército como responsables y cuatro víctimas; y en la otra, por vio­laciones graves, 18 militares responsables y una víctima; en la recomendación emitida en 2014, 18 militares fueron responsabilizados por viola­ciones a derechos humanos de 46 víctimas; en las tres reco­mendaciones de 2013 señaló un total de 27 militares res­ponsables y 19 víctimas.

La información remitida por la CNDH señala que los principales estados en los que ocurrieron las violaciones a derechos humanos cometidas por elementos de la Sedena, son Tamaulipas, con seis re­comendaciones; Baja Califor­nia y Guerrero, cuatro cada uno; Nuevo León, Michoacán y el Estado de México, con tres cada uno.

Proceso informó (número 2406) que durante la adminis­tración de Rosario Piedra al frente de la CNDH, el orga­nismo ha “avalado” masacres, ejecuciones sumarias, tortu­ras, allanamientos, uso exce­sivo de la fuerza y otros abu­sos cometidos por las Fuerzas Armadas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, ciudad fronteriza que se encuentra en contexto de militarización desde hace 20 años.

Entre las seis recomenda­ciones emitidas en los últimos dos sexenios por violaciones a derechos humanos cometi­das por elementos del Ejér­cito en Tamaulipas destacan actos como uso excesivo de la fuerza que provocó la pérdi­da de la vida de dos personas en Nuevo Laredo, emitida en 2021; negligencia médica en el Hospital Militar de la en­tidad, emitida en 2017 y una por agresión sexual come­tida dentro de instalaciones castrenses de Nuevo Laredo, emitida en 2016.

De las 10 recomendacio­nes emitidas de enero al 13 de septiembre de este año, seis fueron por violaciones graves tales como tortura, detención arbitraria, violencia sexual, desaparición forzada, viola­ción al derecho a la vida y re­tención ilegal.

En 2021 fueron emitidas cuatro recomendaciones, una por violaciones graves co­metidas en Guanajuato por detención arbitraria, desapa­rición forzada y ejecución ar­bitraria.

Mientras que en 2020, du­rante el inicio y punto más álgido de la pandemia de co­vid-19, fueron emitidas cin­co recomendaciones, dos por violaciones graves cometidas en Chihuahua y Tabasco por detención arbitraria, retención ilegal, tortura, homicidio, vio­lación sexual y desaparición forzada transitoria.

Al inicio del sexenio del presidente Andrés Manuel Ló­pez Obrador y durante el pri­mer año de gestión de Rosario Piedra al frente de la CNDH, el 2019, el organismo emitió cuatro recomendaciones, dos por violaciones graves, una de ellas por detención arbi­traria y desaparición forzada durante el periodo conocido como la Guerra Sucia y otra por uso excesivo de la fuer­za en agravio de una familia entre cuyos integrantes se en­contraban dos adolescentes, en el Estado de México.

Indiciados, prófugos, absueltos…

Las violaciones a los de­rechos humanos cometidas por elementos del Ejército también han derivado en la comisión de diversos delitos, como abuso de autoridad, violaciones sexuales, homici­dio, tortura, entre otros.

Por estas conductas ac­tualmente existen 147 pro­cesos penales abiertos contra 308 integrantes de la Sedena, según el informe del Comité de Procesados y Sentenciados sobre Personal Militar invo­lucrado en conductas ilícitas consideradas como violacio­nes a Derechos Humanos, de­rivadas de las recomendacio­nes emitidas por la CNDH en contra de esta Secretaría, has­ta septiembre de 2021, que forma parte de los miles de documentos hackeados por el colectivo Guacamaya.

Pese a que en el documen­to se refieren recomendacio­nes emitidas por la CNDH durante la administración ac­tual, ninguna está relacionada con hechos cometidos por integrantes de la Sedena en este sexenio, en el que López Obrador ha priorizado mante­ner la presencia del Ejército en labores de seguridad pú­blica.

De los procesos penales reportados, 151 militares tie­nen calidad de indiciados o son investigados como pro­bables responsables; 19 ya están sentenciados; sin em­bargo 16 de ellos fueron ab­sueltos; 107 están en calidad de procesados, es decir, que un juez federal ya les dictó auto de formal prisión y 15 más permanecen prófugos.

Entre los casos que des­tacan está el de un subte­niente de infantería que el 12 de marzo de 2005 llegó a su nueva unidad y al darle la bienvenida, su superior le in­dicó que ingiriera bebidas al­cohólicas al punto tal en que falleció posteriormente por broncoaspiración.

Por el asunto se ini­ció la averiguación previa SC/135/2005/V el 28 de ju­lio de 2005 y fue consignada al año siguiente con la causa penal número 254/2006 ante el juzgado Sexto Militar por abuso de autoridad en su modalidad de exigir a sus subordinados actos que no tengan relación con el ser­vicio.

En enero de 2007 el jefe que instó al subteniente a ingerir bebidas alcohólicas fue absuelto, pero la CNDH emitió su recomendación el 2 de abril de 2007 y el 15 de junio de 2007 se dictó una nueva sentencia de cuatro meses de prisión contra el indiciado; ese mismo mes la Sedena pagó a la familia de la víctima la reparación del daño recomendada por la Comisión.

Casos emblemáticos

También está el caso de Ernestina Ascencio Rosario, indígena de 73 años que el 25 de febrero de 2007, en plena guerra contra el narcotráfi­co declarada por Calderón, murió a causa de lesiones en órganos vitales originados por una violación múltiple supuestamente cometida por cuatro elementos del Ejército mexicano en la comunidad de Tetlacinga, municipio de So­ledad Atzompa, en la sierra de Zongolica, Veracruz.

La CNDH emitió re­comendación el 3 de sep­tiembre de 2007 y la Pro­curaduría Militar inició la averiguación previa número 26ZM/04/2007, pero el 12 de septiembre de ese año se au­torizó el archivo de la misma porque el Ministerio Público decretó el no ejercicio de la acción penal.

En el documento de la Sedena se señala que se au­torizó no proceder contra los militares porque en sus investigaciones no se acre­ditó responsabilidad penal al personal denunciado, porque la muerte de Ernestina se de­bió a una anemia aguda por sangrado de tubo digestivo consecutiva a úlceras gás­tricas pépticas activas, tenía neoplasia maligna hepática y neumonía que en conjunto le provocaron la muerte.

La Sedena está en proce­so de acreditar ante la CNDH que ya cumplió con la reco­mendación que emitió.

Se da cuenta del expe­diente del caso Castaños, donde en 2006 un grupo de militares irrumpió en la zona de tolerancia de Castaños, Coahuila, en la que golpea­ron y violaron a 14 mujeres que se desempeñaban como bailarinas o trabajadoras sexuales.

El caso fue dividido en dos investigaciones, una por abandono de servicio, que fue consignada ante el Juzgado Militar de la III Región Mili­tar con número de causa penal 2526/2006, mientras que, por el delito de violación califica­da y lesiones, la investigación fue enviada a la delegación de la extinta Procuraduría Ge­neral de la República (PGR) en Coahuila, que consignó el expediente ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Monclova.

En el asunto ante el fuero castrense, un sargento fue sen­tenciado a 25 años de prisión y un cabo a tres años –actual­mente se encuentra prófugo–, un soldado más recibió 15 años y otro 15 años y 8 me­ses; un oficial fue condenado a 18 años de prisión, pero está prófugo y tres integrantes de tropa fueron absueltos.

Por la violación sexual, que investigó la PGR, la Se­dena identificó a ocho de sus elementos implicados, seis que fueron procesados en el fuero de guerra.