“Desde muy Temprano ya no hay Nadie en las Calles”
Por Manuel Caldera
El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, el Gobierno presentó una nueva estrategia de seguridad en el estado, pensando en el futuro, pero lo que nos falta es pensar en el presente, en lo que está pasando”.
“No veo cambio de estrategia, lo mismo que en lo Federal, hay esfuerzos y acciones pues es innegable, pero creo que lo primero es atender el problema prioritario, pues en estos momentos todavía no estamos en condiciones de salir con seguridad. Hace falta y necesitamos una estrategia integral, no parcial. A mi forma de ver qué bueno que seamos gente previsora, que bueno que haya colaboración entre instituciones, entre sectores y que bueno que haya escuelas para padres, pero falta algo”.
“A mi forma de ver hay que pensar en ello, vemos que hay acciones pero están dispersas de la situación que vivimos, la misma gente se ha dado el toque de queda, desde muy temprano ya no hay nadie en las calles. Creo que eso nos está diciendo que tenemos que trabajar en todo aquello en lo que estamos rebasados, por lo que tenemos que contener. Eso corresponde a las autoridades, porque son quienes tienen la legitimidad, porque son los que tienen el uso de la fuerza que hay que aplicar”.
Además, en cuanto al tema de las concentraciones en varios estados del país, celebró que la sociedad se manifieste y que defienda “los medios para vivir en democracia”.
Dijo que analizó una entrevista a los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), Ciro Murayama Rendón y Lorenzo Córdoba Vianello, sobre las implicaciones que tendría para la democracia el “Plan B”. Dijo que “a todas luces es inconstitucional, por lo que la Suprema Corte de Justicia se tiene que pronunciar”.
Regresando al tema de seguridad, dijo que se reunió recientemente con sacerdotes de las comunidades de Jerez donde han sido desplazados los pobladores, por lo que expuso Noriega Barceló que este municipio ha sido de los más complicados en el tema. Expuso que escucharon a los sacerdotes sobre los testimonios de las familias que han regresado a sus comunidades, con todo y el temor de ser atacados.
“Hay ciertos signos de que la gente regresa por necesidad, pero por otra parte no encontramos los signos contundentes como para decir que el peligro terminó. Creo que no debemos desatender, los sacerdotes están acudiendo y asistiendo, pero en las comunidades o rancherías ya no hay gente”, mencionó el prelado.