La Gente Tiene Miedo Salir de sus Casas: Bertha Barrón

Por Nallely de León Montellano

Fotografía relevante a la nota.

Bertha Barrón: En relación con años anteriores, las ventas este año no han pasado de 40% lo que para ella y la mayoría de los comerciantes representa grandes perdidas económicas (Foto: Rocío Castro Alvarado)

Las ventas del tianguis de cuaresma ubicado en la calle García de la Cadena del centro de la capital del estado, no han sido buenas para los comerciantes, sin embargo, esperan recuperarse durante el transcurso de este fin de semana. Así lo manifestó Bertha Barrón, quien detalló a Página 24 Zacatecas que en relación con años anteriores, las ventas este año no han pasado de 40% lo que para ella y la mayoría de los comerciantes representa grandes perdidas económicas.

Bertha se dedica a la venta de pipián, nopalitos, miel de maguey y capirotada, cuyos precios ascienden a 200 pesos por kilo de pipián, 15 pesos en el caso de los nopalitos, 35 pesos por plato de capirotada y 35 pesos la miel de maguey. Aseveró que la poca afluencia de clientes se debe al aumento de la violencia y la inseguridad que padece todo Zacatecas, además de que considera que la ubicación no fue la ideal para para ofertar su mercancía.

“Tengo muchas clientas que este año no compraron su mercancía conmigo porque no supieron donde nos ubicaron, además el resto de las personas prefieren no salir por miedo a que les pase algo malo”, señaló.

Explicó que durante las últimas tres semanas, la mayoría de los días terminaron sin ventas, lo que ha afectado para surtir nuevamente la mercancía, además de la que tiene que desechar debido a que, luego de unos días ya no es apta para su consumo.

Comentó que el horario límite para permanecer en el tianguis es hasta las 2:00 de la tarde, sin embargo, dijo, dijo que no iba a acatar el horario debido a la lentitud de las ventas, por lo que, en conjunto con otros comerciantes decidió permanecer un par de horas más hasta lograr vender la mayor parte de su mercancía el último día.

Comentó que, una vez que concluye la temporada de cuaresma, continuará haciendo labor de venta en la calle Arroyo de la Plata, donde trabaja con su esposo desde hace más de 30 años para ganarse la vida.