“El Asesinato de Salvador González es un Hecho Lamentable”

Por Rubén Palomo Macías

Fotografía relevante a la nota.

Sigifredo Noriega Barceló (Foto: Rocío Castro Alvarado)

El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, mencionó a Página 24 Zacatecas que el asesinato de Salvador González Reyes es un hecho lamentable, así como la muerte violenta de cualquier persona, más tratándose de un líder social, no solamente líder entre los transportistas. Son hechos que consternan, desconciertan y nos hacen cuestionarnos por el coraje y la facilidad con la que se desaparecen personas.

“El hecho está ahí, familias que se quedan sin sus familiares, transportistas que se que­dan desconcertados, es el temor que queda. Por qué suceden estas cosas, es el ambiente de muerte, de no respeto, de no sentido de la vida, el ambiente de algunas personas de querer solucionar sus problemas con la muerte violenta haciendo desaparecer a otras personas. Las que quedan visibles y muchas más que están desaparecidas”, apuntó.

Noriega Barceló pidió no acostumbrarse a la muerte, a ver cadáveres todos los días en­contrados en diversos puntos del estado con signos de tortura de todo tipo, violencia que quiere dejar avisos para los que se oponen ciertos intereses. Reiteró que la sociedad no puede acostumbrarse a ver sangre en las calles y en los caminos.

“Primero tenemos que defender lo propio, cuidarnos pero también cuidar a la ciudad, cuidar el ambiente. Me da gusto que la sociedad comience a organizarse, nos han invitado como iglesia y queremos participar, hay que buscar las maneras de participar de forma inteligente para que sea efectiva”, agregó.

El obispo señaló que la sociedad no se ha quedado pasiva y se está despertando, ade­más mencionó que la percepción continuará como una herida en la sociedad, algo que tarda mucho tiempo en cicatrizar.

“No es automático, felicito a las autori­dades en ese campo, reconociendo que hay problemas, dar a conocer todo eso pero por otra parte apostar a ir saneando el tejido social. La percepción va a quedar ahí mu­chos años pero necesitamos ir curando esas heridas y que el ambiente sea más respirable, que respiremos paz y que no respiremos sangre”, finalizó.