El Obispo Pide Orden, Condena la Embriaguez y las Drogas

Por Rubén Palomo Macías

Fotografía relevante a la nota.

Sigifredo Noriega Barceló (Foto: Rocío Castro Alvarado)

Luego de las celebraciones realizadas en Lomas de Bracho, por el día de San Juan Bau­tista, donde se presentaron algunos incidentes provocados por la pólvora y el consumo de bebidas embriagantes y sustancias ilícitas el obispo de la diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, comentó que desgraciada­mente no se hace caso a la reglamentación de la pólvora y no debería de usarse tanto, de­bería ir desapareciendo el uso de este polvo.

“Tengo entendido que se necesitan permisos para comprar y usar la pólvora, se necesita de Protección Civil para tener el control y la vigilancia para evitar que ocurran accidentes. Desgraciadamente sucede que personas por su cuenta que­man pólvora, no en las mejores condicio­nes, y es como suceden los accidentes. La invitación es a regularnos, que bueno que haya fiesta pero también la fiesta pide orden para que todo mundo pueda disfrutarla y cumplir con su fin, una con­vivencia sana, alegra y que celebra algún motivo dejando una siembra de valores hacia el futuro”, mencionó a Página 24 Zacatecas.

El obispo reiteró que no todo mundo hace caso de las indicaciones realizadas por las au­toridades yéndose “por la libre” aumentando el riesgo de accidentes. Respecto a las riñas apuntó que por lo general hay alcohol de por medio, rencillas entre personas y queda el cuestiona­miento de si esas situaciones son evitables.

“Es una reflexión que la misma gente tiene que ayudarnos a hacer, el llamado es a la responsabilidad, no podemos tener un policía en cada cuadro o para cada persona, tenemos que invitar a tomar la responsabilidad en serio y a pensar en los demás. Lo que se vale es hacerse cargo de tu hermano y la fiesta va a estar buena, va a estar mejor. No nos queda otra más que hacer conciencia y a hacernos responsa­bles”, añadió.

Sigifredo Noriega aseveró que regresar al pasado ya no se puede pero se puede hacer una reflexión de lo bueno de las fiestas para recu­perar los valores que fundamentan las fiestas para prender de ello y mejorar en el presente.

“En el presente hay libertinaje, hay otros motivos, que no son los religiosos, que pueden ser válidos pero fácilmente se van desvirtuando las fiestas y en lugar de ser una bendición son un peligro para la gen­te. El llamado es a la corresponsabilidad, son grandes valores que tenemos, nos han ayudado y hay que conservar todo lo bueno con conciencia, responsabilidad personal y social”, remató.