Por Horas, la Privaron de su Libertad

Por Margarito Juárez González

Jerez de García Salinas, Zac.-Una familia fue privada de su libertad por “RaTellos” armados durante varias horas y le robaron su camioneta en la carretera federal 23, en el kilómetro 67+500.

Las víctimas, después de ser liberadas, acudieron a interponer la denuncia corres­pondiente en la Casa de Justicia ante el Ministerio Público del Fuero Común de la Fiscalía General de Justicia del Estado, en contra de quienes resulten responsables.

En relación a los hechos, el padre de familia de 40 años declaró que ayer salió en compañía de su esposa y su pequeña hija, del municipio de Tepetongo, en una camioneta Toyota Tacoma, modelo 2017.

Que al ir circulando por la presa del Te­sorero, sobre la carretera Jerez- Fresnillo le cerró el paso una camioneta Cherokee blanca, obligándolo a que detuviera la marcha.

De la camioneta blanca se bajaron dos “RaTellos”, uno con arma larga y el otro con una pistola de grueso calibre.

“Por el miedo no recuerdo bien sus características sólo, que eran morenos y de estatura baja, los que comenzaron a insultarme: “¡Bájate hijo de la chingada, no te muevas o te mueres!”, apuntándome con la pistola al igual que a mi esposa.

“Nos bajamos de nuestra camioneta, nos suben a su vehículo: una camioneta Cherokee; uno de ellos se va en mi ca­mioneta, el otro nos venda los ojos, nos amarra, a mi bebé la pusieron a un lado de nosotros, pero en ningún momento nos golpearon, ni nos agredieron en ninguna forma”, puntualizó.

Agregó que los llevaron para una ladera no lejos, “yo escuché que llegaron más hombres y una mujer y nos cambiaron a un carro Nissan Tsuru blanco: la mujer desamarró a mi esposa para cargar a la bebe, no decían nada, sólo nos traían es­condiéndonos, dijeron que no hiciéramos alguna estupidez, que no tratáramos de correr o algo; estuvimos privados de la libertad entre cinco o seis horas aproxi­madamente.

“Después llegan otros compañeros de ellos, nos subieron a otro vehículo, y nos dejan en un rancho que se llaman “El Nogal”, ordenándonos que ahí nos que­dáramos durante 20 minutos.