“Es la más Olvidada por el Gobierno y la Sociedad”

Por Nallely de León Montellano

Fotografía relevante a la nota.

Roberto Sánchez Reyes (Foto: Diana Moreno Valtierra)

Roberto Sánchez Reyes, propietario de la librería Don Quijote de la capital del estado, dijo a Página 24 Zacatecas que la comunidad Wixárika sigue siendo la más olvidada por la sociedad y el gobierno, ya que continúa excluida y discriminada, además de que constantemente es víctima de malos tratos en la mayoría de los sectores sociales.

“Los vemos como entes raros y son tan humanos como nosotros, hablan su propio idioma, tienen sus ritos, tienen una lengua que podemos preservar”, mencionó.

Dijo que la educación es uno de los factores donde mayormente vulneran a las personas de pueblos originarios, ya que en la mayoría de las instituciones son los mismos docentes quienes impiden la entrada de niñas y niños wixárikas las aulas, por lo que, la gran mayoría de estas personas no cuenta con formación académica.

Por lo anterior, comentó que en el espacio donde tiene su librería ofrecen orientación para personas Wixárikas con la fi nalidad de que pierdan el temor a convivir con la sociedad sin importar cuales son sus raíces; sin embargo, señaló que, encajar en la sociedad obedece a una gran difi cultad debido a que siguen sin ser aceptados socialmente.

“Han sido y siguen siendo desplazados, basta con ver cómo están en las calles con sus puestos, y el Ayuntamiento todavía les cobra el derecho de piso para ganarse el sustento a través de una manifestación de arte”, continuó.

Recalcó que el gobierno tiene todo el aparato para ayudar a las personas de pueblos originarios, a través de instancias como el DIF, la Secretaría de Educación, la Secretaría de Salud, la Secretaría del Medio Ambiente entre otras instituciones que, lamentó, no tienen voluntad de realizar esfuerzos de apoyo para personas de pueblos originarios.

En el estado de Zacatecas, habita un aproximado de cuatro mil wixárikas, mientras que en la capital son, al menos, 200 personas registradas, quienes viven en condiciones precarias, sin acceso a una atención digna en materia de salud, educación entre otros aspectos, por lo que, ante la falta de oportunidades la gran mayoría se gana la vida a través de la venta de artesanía, trabajo en semáforos y pidiendo limosna.