“Dios nos Habla en Este Momento”
Por Miguel Alvarado Valle
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas (Foto: Rocío Castro Alvarado)
Este domingo, Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas, ofreció una reflexión profunda durante la misa del tercer domingo del Tiempo Ordinario, que también coincide con el Domingo de la Palabra de Dios, instituido hace seis años por el Papa Francisco.
En su homilía, destacó la centralidad de la Palabra de Dios en la vida cristiana, señalando que no sólo es un mensaje histórico, sino una voz viva y actual que ilumina y transforma a quienes la escuchan.
El obispo expresó su admiración por la respuesta litúrgica de los fieles al proclamar “Te alabamos, Señor” y “Honor y gloria a ti, Señor Jesús”, resaltando que estas palabras reflejan el reconocimiento de que lo escuchado es la voz de Dios dirigida al pueblo en tiempo presente, “Dios nos habla hoy, en este momento, porque está vivo, y nosotros, como personas vivas, respondemos con fe”, declaró Noriega Barceló.
Asimismo, explicó que el Papa Francisco instituyó este domingo especial con el propósito de animar a los fieles a acercarse más a la Escritura, tomándola con seriedad y permitiendo que sea luz en sus vidas.
Comparó la Palabra de Dios con el sol, que es esencial para iluminar la creación y marcar el ritmo del día, destacando que sin ella, la vida cristiana quedaría sumida en la oscuridad, “por eso el salmista dice: ‘Tu palabra es lámpara en mi vida, luz en mi camino’”.
El obispo también resaltó la estructura de la liturgia dominical, diseñada para que en un ciclo de tres años se repasen los pasajes centrales de la Sagrada Escritura, mientras que, entre semana, en un ciclo de dos años, se profundiza aún más en los textos bíblicos.
Reiteró la importancia de escuchar la Palabra de Dios y señaló que, desde el Antiguo Testamento, se evidencian sus efectos transformadores, como en el libro de Nehemías, donde el pueblo que regresó del exilio encontró identidad y unidad a través de siete verbos: proclamar, escuchar, explicar, comprender, llorar, celebrar y compartir la Palabra.
Con gran emoción, Noriega Barceló concluyó su homilía exhortando a los fieles a dejarse iluminar por la Palabra de Dios y permitir que guíe su camino hacia la conversión y la vida plena.