Por Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez*

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Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez

MUY POCAS personas saben que en el siglo XIX existió un “árbol de la libertad” en la Plaza principal de la ciudad de Aguascalientes. Nos enteramos de este dato curioso en el libro Senderos de Antaño. Derroteros de hogaño, de Ezequiel A. Chávez, editado en 2022 por la UAA. Se trata de un libro donde el filósofo detalla los recuerdos de su infancia a través de varios temas. Cuando habla de la Plaza principal, escribe:

“LOS NIÑOS iban ahí con frecuencia, y conocían bien todo lo que en la plaza había. […] Enfrente de ella, al otro lado de los jardines del centro, grandes árboles de hermoso y pulido follaje. El pueblo llamaba a uno de ellos ‘árbol de la libertad’. Lo habían plantado muchos años antes de que los niños nacieran, después de grandes guerras contra los que no querían que todo el mundo fuera libre […]. Lo plantaron, decían los niños, cuando los soldados de la libertad triunfaron”.

MÁS ADELANTE, cuando el autor habla de “La casa del Estado” (como se le llamaba al Palacio de Gobierno), refiere una serie de cambios que sufrió este edificio y otros espacios de la Plaza, por “la tontería” de varios gobernadores: al Palacio de Gobierno se le retiraron unos azulejos coloreados, a la columna que estaba en medio de la Plaza se le retiraron unas garzas de piedra que arrojaban agua y se taló “el árbol de la libertad”.

SIN EMBARGO, el lector se podría preguntar qué es lo que refería o significaba ese “árbol de la libertad” que se había plantado en la Plaza principal. En internet abunda información de buena fuente sobre el tema: artículos, notas, enciclopedias, fotos, periódicos. De manera general, podemos decir que hubo una tradición de plantar “árboles de la libertad” en muchas ciudades y pueblos de América (incluyendo E.U.A.), después de consumadas las guerras de independencia.

SE SABE que esa tradición se remonta al año de 1789 en Francia, cuando los revolucionarios deciden empezar a plantar miles de “árboles de la libertad” en plazas o espacios públicos de todo el país con diversos objetivos: recordar las jornadas que dieron el triunfo a los revolucionarios y al nuevo orden político; esos árboles simbolizaban la regeneración de la sociedad y la emancipación, y su función pública era convertirse en un “monumento orgánico”, puesto que crecerían a la par de las nuevas instituciones republicanas.

SE SABE que en Francia se plantaron varios tipos de árboles: robles, tilos, olmos y álamos. En el caso de América, específicamente, por ejemplo en la Plaza Mayor de Bogotá, Colombia, Simón Bolívar mandó a plantar arrayanes, cerezos y duraznos.

PARA EL caso del “árbol de la libertad” de la plaza de Aguascalientes está todo por investigarse. Pero podemos arrojar por el momento los siguientes datos no conclusivos.

ES PROBABLE que el árbol se plantara después de la proclamación de la Independencia de México, en 1821. Sin embargo, tomando como referencia la famosa litografía de la plaza de Aguascalientes de Carl Nebel (realizada en 1830), la plantación pudo llevarse a cabo décadas después, porque para aquel entonces no había árboles en este espacio. Incluso, quizá su plantación podría estar relacionada con la independencia de Aguascalientes respecto a Zacatecas (1852) o quizá con el triunfo republicano en la Guerra de Reforma y la Intervención francesa (1858-1867), un episodio que la historiografía de aquel entonces veía como una segunda lucha por la independencia de México.

ESPERAMOS DARLE al curioso lector más información sobre “el árbol de la libertad” de Aguascalientes en otra columna para Página 24.

*Historiador.