Conversación con Anaclara Muro, Sobre Oralidad y Escritura Compartida
Por Arlette Luévano y Martha Lilia Sandoval

Anaclara Muro, ganadora del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2025
La mañana previa a la entrega del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2025, nos reunimos con Anaclara Muro en uno de los salones del CIELA Fraguas. Pudimos conversar un poco, en el tiempo que nos robamos antes de los reflectores, sobre el camino que la ha traído hasta aquí. Nacida en 1989 en Zamora, Michoacán, y radicada en Querétaro, Muro es poeta, novelista, guionista y editora. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM y cursó la maestría en Estudios Históricos en la Universidad Autónoma de Querétaro. Su obra resuena con fuerza en una generación que está redefiniendo el centro de la poesía mexicana.
En ese ambiente expectante, comenzamos la conversación siguiendo algunas preguntas que ya hemos manejado en otras entrevistas de ALMA, A.C., la asociación donde tenemos tiempo investigando sobre escritoras.
Inicios: Mudanzas, Talleres y Primeras Lecturas
–¿Podrías compartirnos algo de tu contexto personal, más allá de tu trabajo literario?
–Nací en Zamora, Michoacán porque mis papás estaban trabajando allá, pero por trabajo se tuvieron que ir a vivir a Querétaro. Tengo un hermano y una hermana más chicos. En un principio no estaba muy conforme de vivir en Querétaro, pero después lo superé. Luego viví brevemente en la Ciudad de México, estudié literatura en la UNAM, en una carrera abierta, regresé a Querétaro, un lugar más pequeño donde era más fácil ver a mis amigos y a mis amigas.
– ¿Dirías que encontraste en los talleres una apertura distinta a la que ofrece la formación académica en literatura?
–Sí, yo empecé a escribir sobre todo en talleres. Mi primer taller de poesía fue con Martha Favila en 2012. Ella es una poeta bastante buena, sus talleres eran de los que vas todas las semanas y lees el mismo texto muchas veces, y ella nos llevaba ciertas lecturas y nos las explicaba. A mí me gustaba mucho. En la carrera aprendí a leer de una manera académica y ella tenía una manera distinta de interpretar los poemas. Era estricta, pero era mucho más abierta y nos mostró que se pueden disfrutar los poemas, más que pensar cómo estudiarlos. Nos enseñó cómo aprender a ver el mundo para escribir. Eso a mí me gustó mucho. Estuve yendo bastante tiempo con Martha y después iba de manera paralela con otras personas. Estuve en un taller que se llamó “Horizontal”, ahí nos reuníamos a leer nuestros textos y a platicar.
“También participé en otro taller que me cambió mucho la vida. Fue un taller de slam poético, en 2014. Llegó de Argentina Yolanda Segura, una poeta que también es de Querétaro y estaba muy emocionada por algo que hacían allá, que era el slam de poesía. Es poesía que está escrita para ser leída en voz alta. Y a diferencia de la poesía que yo había aprendido en otros lados, tenía un formato mucho más abierto. Podías usar canciones, monólogos o chistes, y a mí ese formato me dio mucha libertad de tocar cualquier tema. Empecé a escribir textos que eran justo para ser leídos en voz alta y eso fue muy importante, porque empecé a escribir sobre temas que eran muy íntimos y de los que no hablaba casi. Pero que al momento de leerlos en voz alta y que todo el mundo los escuchara, sentí que los liberaba. Y además las personas escuchaban, inmediatamente llegaban a decirme: me gustó esto, me identifico. Había una retroalimentación muy directa, muy instantánea, y para mí eso fue muy rico. Se me hizo que la literatura así era mucho más un lenguaje, una manera de comunicar. Además, esas sesiones eran como una fiesta.
Poesía Como Lenguaje y Como Cuerpo
Anaclara no solo escribe: también ha explorado el lenguaje audiovisual como forma de expresión. En su canal de YouTube pueden encontrarse algunos trabajos donde participa tanto en cámara como en la edición, cruzando el trabajo creativo con recursos de voz, ritmo y montaje. Parte de este interés se fortaleció cuando fue becaria del PECDA en 2014, en la categoría de guion cinematográfico.
–¿Eso tiene que ver con algunos cortometrajes que has dirigido y donde has participado?
–Sí, me gusta mucho trabajar en todo lo audiovisual, pues requiere que se hagan equipos y que haya diálogo, conversaciones y mucha gente involucrada. Luego es problemático, pero enriquecedor. Es una manera de compartir ciertas ideas…
–¿Cuál fue el momento en el que tú dirías que descubriste la poesía?
–Para mí la poesía es muy especial porque es muy libre, permite muchos lenguajes, permite hacer una exploración en el lenguaje y te conecta con emociones de una manera que otros géneros no lo hacen.
–¿Y cuándo fue el momento en que te asumiste como poeta?
–Después del slam entendí que me gustaba mucho escribir y que tenía cosas para decir. Creo que antes estaba explorando la escritura, pero no sentía que tuviera una dirección, ni tema, y a partir de eso me sentí muy bien de poder escribir y tener ese diálogo con otras personas. Como además era muy oral, podía explorar los sonidos, el ritmo de las palabras.
Lo Femenino Como Obsesión y Territorio Poético
Anaclara Muro es autora de los libros No ser la Power Ranger Rosa y Princesas para armar, ambos publicados por la editorial Palíndroma. Su obra explora temas relacionados con la identidad, el cuerpo y lo femenino, abordando estas cuestiones desde una perspectiva crítica y poética.
–¿Y tú crees que entonces en tu poesía hay una preponderancia del sonido, o tiene que ver también el tema, o el lenguaje? ¿Qué es lo que te importa a la hora de construir un poema?
–Yo creo que los temas siempre son importantes porque son obsesiones que tenemos, porque queremos entender qué significa ser mujer y qué significa lo femenino y cómo eso nos atraviesa de ciertas formas. Creo que he estado regresando continuamente a este tema desde distintas perspectivas. La forma de abordarlo es desde la oralidad del lenguaje, las conversaciones, las canciones…
–¿Y para este tratamiento de lo femenino, te acercas a eso como feminista o lo haces desde tu vivencia como mujer?
–Creo que he tenido varias etapas. Al principio, creo que solo estaba intentando explorar ciertas voces, entender de dónde venían las historias, de dónde venían ciertas creencias que tenemos. Después empecé a pensar mucho más en el feminismo y a leer textos feministas, a internalizar la teoría. Sé que hay muchas vertientes del feminismo, pero en lo fundamental sí creo que es importante pensarlo porque es lo que nos ha hecho avanzar históricamente. La historia me gusta mucho. Desde lo académico he estado estudiando a mujeres que escriben, he estudiado mucho el principio del siglo XX. Claro, sin el feminismo no votaríamos, no podríamos escribir, publicar…
Talleres: Escuchar, Corregir, Convivir
–Nos gustaría volver al tema de la importancia de los talleres en tu formación, con una precisión: ¿cuántos años has estado trabajando en talleres?

Martha Lilia Sandoval, Anaclara Muro y Arlette Luévano, en CIELA Fraguas
–Estuve ocho años en diferentes talleres. De manera paralela estuve en el taller de Martha Favila, en el de Horizontal, en el de slam. Después estuve en el taller de un poeta que falleció en Querétaro. Se llamaba Luis Alberto Arellano. En los últimos años de su vida nos reuníamos los domingos y llevábamos libros completos. Ahí fue donde entendí cómo estructurar un libro completo. Él sabía mucho, tenía un ojo muy particular para los textos. Estuve quizá un par de años. Los talleres son muy importantes porque ahí ves lo que están pensando otras personas. Al final, todos formamos parte de las mismas conversaciones y aprendemos a leer y escuchar otros textos. Las opiniones de las otras personas ayudan mucho a que mejores.
–¿Has dirigido algún taller?
–He pensado mucho si ya puedo hacerlo. No me había sentido con el conocimiento suficiente para dirigir un taller. También he dado clases mucho tiempo, pero en algún momento sí me gustaría dirigir uno. Me gustaba el formato anterior que había en los talleres…
El Tiempo, el Deseo y la Apuesta por Editar
Anaclara Muro es editora en Palíndroma, un proyecto editorial independiente con sede en Querétaro que busca articular un diálogo con las dinámicas sociales contemporáneas a través de narrativas y poéticas diversas. Según señalan en su sitio web, creen en el vínculo que se establece entre textos y lectores, en donde sucede un proceso de sensibilidad y comprensión. Para elles, los libros son un puente para compartir, una forma de aproximarse a los otros. Su catálogo puede consultarse en www.palindroma.mx.
–¿Cómo te das tiempo para ir a los talleres y realizar tu trabajo?
–No tengo hijos, y eso influye, porque veo a otras amigas que son mamás y batallan mucho más para encontrar el tiempo para la escritura. Pero sí creo que parte de un deseo muy grande de escribir. Si no, es muy fácil que todas las actividades de la vida se coman todo el tiempo y nunca lo encuentres. Y creo que es importante respetar ese tiempo y darle lugar y espacio a la escritura.
–¿Nos podrías precisar el momento, la edad en la que tú dijiste “me voy a dedicar a la escritura”?
–Siempre fue algo que me gustó mucho, pero publiqué por primera vez en 2017 y dije: “sí quiero seguir dedicándome a la escritura”. También creo que fue importante… yo tengo una editorial con un amigo y tomamos esta decisión. Es un trabajo muy demandante y que cansa mucho, exige tiempo y dinero y trabajo, pero dijimos: esto nos gusta, a ver hasta dónde llegamos, pero no queremos dejar de hacerlo.
Generación, Redes y Complicidades
Además de su trabajo como editora y poeta, Anaclara Muro ha desarrollado también una línea narrativa. En 2021 fue becaria del programa Jóvenes Creadores del FONCA en la categoría de novela, un formato que continúa explorando junto a su producción poética.
–¿Te sientes parte de un grupo en específico, de alguna generación?
–Sí, yo me siento parte de una generación, sobre todo de escritoras. Creo que hemos tenido diálogos importantes alrededor de los temas y de los textos que escribimos. Con Yolanda Segura, desde que empezamos el slam hasta ahora. También he tenido conversaciones importantes con Ivett Luna, con Andrea Muriel, editora, con Cony Garrido, que escribe ensayo.
–¿Tienes proyectos inmediatos o a largo plazo?
–Sí, tengo varios proyectos sin terminar: una novela atorada con la que estoy sufriendo mucho, espero que algún día salga. Y de poesía tengo uno que tiene más tiempo, que va a salir, pero por varias razones no ha salido…
El Premio Aguascalientes: una Posibilidad de Abrir Lenguaje
Este año, 2025, Anaclara Muro se convirtió en la ganadora más joven del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes en más de una década. Con 36 años, se suma a una lista de escritoras que han marcado la historia reciente del galardón, como Elsa Cross, Dana Gelinas o Minerva Margarita Villareal. El Premio Aguascalientes, es considerado uno de los más importantes reconocimientos de poesía en México y ha sido un referente generacional y estético durante más de cinco décadas.
–¿Qué representa para ti haber ganado este premio?, ¿qué representa para tus compañeras?
–Para mí es un reconocimiento. Estoy muy contenta y también estoy sorprendida. No sentía que mi poesía era el tipo de textos que se premiaban. Pero fue muy grato darme cuenta de que sí hay posibilidad de explorar otras maneras y que otros lenguajes tienen cabida, que también por ahí había unas lectoras o lectores que podrían interesarse.
–Y en cuanto a tus libros, ¿cómo sientes la retroalimentación?
–Casi siempre he tenido más lectoras que lectores, porque estoy hablando de lo que me interesa y he encontrado mucha resonancia en otras mujeres. Les hace sentido y provoca conversaciones interesantes.
Lo Local Como Fuerza, lo Digital Como Puente
Durante la entrevista, compartimos con la poeta una percepción común: algo está cambiando en la poesía mexicana. La fuerza de nuevas voces no surge ya exclusivamente desde el centro del país, sino desde territorios múltiples. Querétaro, Aguascalientes, San Luis, Baja California. ¿Estamos asistiendo realmente a una descentralización?
–Hemos notado una presencia creciente de voces jóvenes, especialmente de mujeres, que escriben desde ciudades fuera de la capital. ¿Cómo percibes este fenómeno y qué lugar crees que ocupa tu trabajo en él?
–Es difícil la descentralización. A veces me da la sensación de que estamos abriendo y luego siento que otra vez regresamos, y que todo tiene que estar en la Ciudad de México. Pero el internet, que tiene cosas buenas y malas, lo que sí es muy aprovechable es que permite que otras personas tengan mayor posibilidad de difusión. Hay herramientas para el trabajo y para hacer conexiones. No necesariamente tiene que ver con ciertas instituciones. Este hecho de que si no estás, no existes…
–Como editora, ¿crees que sí existe ese mercado que queremos o que sí se puede construir?
–La distribución es lo más difícil, lo más complicado. Porque inicias con mucha ilusión y haces tu libro, lo imprimes, pero falta distribuirlo. Nosotros empezamos en pandemia, mandamos a varias librerías independientes y luego muchas quebraron. Con algunas ya no tuvimos contacto. No es simplemente mandar los libros y ya. Hay que estar todo el tiempo regresando a las librerías, pedir que paguen, o estar en un trabajo administrativo constante. Lo que hemos aprendido es que encontramos nuestros nichos particulares, las librerías con las que sí funciona que trabajemos, que tienen comunidades sólidas. También hemos estado tratando de ir a ferias. Es todo un trabajo.
Leer También es Pertenecer
Además de escribir y editar, Anaclara Muro es una lectora activa y apasionada. En sus respuestas, las autoras aparecen como voces cercanas, compañeras de ruta o descubrimientos recientes que reconfiguran el lenguaje.
–¿Y tus autores, tus influencias?
–Cuando empecé a escribir estuve leyendo a Coral Bracho, a Minerva Reynosa, a Sara Uribe. Me impresionaron mucho. Ahora estoy leyendo a escritoras de principios del siglo XX, y por ejemplo no había leído, porque no había conseguido, poemas de Nahui Olín, que son impresionantes.
–¿Autores de Aguascalientes, ubicas algunos?, ¿has leído a alguien?
–De Aguascalientes conozco los poemas de Giselle Ruiz, también había leído a María Choza y ayer compré un libro de Patricia Vázquez.
–¿Y de los premios Aguascalientes, a quién has leído?
–Elisa Díaz Castelo me ha gustado siempre.
La conversación se cierra con nuestra gratitud y el reconocimiento a la fuerza creativa y generosa de Anaclara Muro. La poeta escribe desde el presente, pero con una conciencia viva de las genealogías que la atraviesan. Al hablar con ella, escuchamos también los ecos de otras voces, de otras que vendrán. Invitamos a nuestras lectoras y lectores a seguir de cerca su trabajo y a estar pendientes de la publicación del libro con el que obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2025, Electrocauterización. Algo como una llaga, una obra que, sin duda, resonará por su libertad expresiva, su potencia rítmica y su mirada luminosa y crítica sobre el mundo.