Por Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez*

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Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez

HASTA AHORA hemos tratado de rastrear las fechas de la plantación del “árbol de la libertad” y las de su posterior derribo, en la plaza principal de Aguascalientes. En esta entrega vamos a intentar indagar si la idea de este “misterioso” árbol habitaba en la cultura política del Aguascalientes del siglo XIX. Es decir, si estaba en el vocabulario de la clase política de entonces.

HAY UN indicio en el libro Historia del Estado de Aguascalientes de Agustín R. González, publicado en 1881. Se trata de un pasaje en el que el autor hace un retrato de la situación política local en el año de 1861, resultado del triunfo de las leyes de Reforma. Relata que se conformaron dos bandos liberales: los llamados “Rojos” que gravitaron alrededor del gobernador Estaban Ávila, y los conocidos como “Moderados”, que se oponían a las acciones radicales de este personaje. Al hablar de los “Rojos” (bando al que pertenecía), González señala lo siguiente:

“FUE LA manía de la época hablar y escribir, citar a Voltaire, a D’Alambert, a Rosseau, a Mirabeau, Sieyes y demás nombres que registra la historia de la revolución francesa, y hacer alarde de indiferentismo en materia religiosa, de descreimiento. Desmoulins, Saint Jus, Chanier y otros fueron imitados hasta donde era posible, y no faltaban terroristas que pidiesen ‘sangre reaccionaria para hacer triunfar la Reforma, cabezas de clérigos y soldados para fecundizar el árbol de la libertad’. ‘¡Muera el papa! ¡Mueran los frailes! ¡Mueran los mochos!’ eran los gritos ordinarios, las palabras sacramentales con que terminaban los discursos y artículos de periódico. Se hacía burla del culto católico, de las creencias religiosas…”

POCO INTERESA para nuestro objetivo si el romanticismo de González exageraba la situación política prevaleciente en aquel entonces. Lo que nos interesa señalar es que el concepto de un “árbol de la libertad” aparece en estas líneas. Lo que nos hace pensar que la idea no era totalmente ajena a la cultura política del momento, específicamente a la del grupo de “los Rojos”.

ESTO NOS lleva a buscar otro indicio en el artículo titulado “El liberalismo jurídico de los rojos de Aguascalientes”, de Jesús Antonio de la Torre Rangel (que se puede consultar en internet). En esta pequeña investigación, el especialista en la historia del derecho, apunta los cambios profundos que en 1861 sufrió la Constitución política del Estado, con la integración de las Leyes de Reforma. Si anteriormente, la de 1857, comenzaba con las líneas: “El Congreso Constituyente del Estado libre y soberano de Aguascalientes, invocando el Santo Nombre de Dios y usando de las facultades de que se halla investido”; la de 1861, iniciaba:

“EN EL nombre de la Razón, augusta, luz indeficiente que guía y protege a las sociedades, y con autoridad del Pueblo soberano, el Congreso del Estado libre de Aguascalientes, reforma en los siguientes términos la Carta fundamental del mismo Estado”

EL CAMBIO de la palabra “Dios” por el de la “Razón” en la constitución local, lo explica el autor en términos de que el grupo de “los Rojos” –encabezado por el gobernador Esteban Ávila– adoptó el jacobinismo francés como política. Para explicar la cultura jacobina, Jesús Antonio de la Torre cita un pasaje del Compendio de historia general del derecho, de José Ignacio Echeagaray, que es de mucho interés para nuestra investigación:

“LOS JACOBINOS tenían su Credo en la Declaración de los Derechos, sus escrituras sagradas en el Contrato Social y su culto en torno al Altar de la Patria, al Árbol de la Libertad y al Libro de la Constitución, deificando abstracciones como razón, libertad, naturaleza y patria”.

CONSIDERANDO ESTE indicio y el anterior del libro de R. González, podríamos llegar a una hipótesis mínima: si la idea de un “árbol de la libertad” era parte la cultura política liberal de Aguascalientes del siglo XIX; específicamente del grupo de “los Rojos”, quienes tomaron en serio los principios de las Leyes de Reforma y adoptaron el jacobinismo francés como eje de acción (como fue visible con los cambios en la Constitución local de 1861) ¿sería aventurado pensar que este mismo grupo fuera el responsable de plantar el dichoso árbol? En la siguiente entrega para Página 24, trataremos de responder a esta pregunta.

*Historiador y exdelegado de la SEP en Aguascalientes.