Deterioran la Imagen Turística: Baltazar

Por Nallely de León Montellano

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José Francisco Baltazar, comerciante del Mercado González Ortega, denunció el crecimiento desmedido del ambulantaje en el Centro Histórico de Zacatecas. Señaló que los portales, callejones y plazas están saturados de vendedores informales, lo que afecta las ventas del comercio formal y deteriora la imagen turística de la ciudad (Foto: Rocío Castro Alvarado)

Comerciantes establecidos del Centro Histórico, hicieron un llamado a las autoridades estatales y municipales a controlar el ambulantaje durante la temporada de vacaciones de verano, ya que esto podría ocasionar pérdidas en sus ventas durante lo que podría ser una temporada buena.

Ante este panorama, José Francisco Baltazar, comerciante del Mercado González Ortega, denunció el crecimiento desmedido del ambulantaje en el Centro Histórico de Zacatecas. Señaló que los portales, callejones y plazas están saturados de vendedores informales, lo que afecta las ventas del comercio formal y deteriora la imagen turística de la ciudad.

“Estamos perdiendo ventas mientras los portales y calles están llenos de puestos ambulantes. No hay control y eso nos afecta a todos los que pagamos impuestos”, advirtió.

Aunque los fi nes de semana el Centro Histórico de Zacatecas parece lleno de gente debido a callejoneadas, bodas o eventos sociales, la realidad económica para los comerciantes establecidos es otra. De acuerdo con Baltazar, el turismo que llega es escaso y las pocas personas que visitan el centro suelen retirarse tras los eventos sin consumir en los negocios locales.

A esta situación se suma la disminución en la llegada de migrantes zacatecanos provenientes de Estados Unidos, quienes anteriormente representaban una parte importante del fl ujo de clientes, pero que ahora han reducido sus visitas por temor a no poder regresar a territorio estadounidense debido a problemas migratorios.

“Todo esto se ha convertido en una bomba de tiempo para la economía local. El ambulantaje ha rebasado todos los límites. Ya no sólo están los puestos tradicionales de artesanos o libreros, ahora los portales y callejones están invadidos por churreros y vendedores de todo tipo”, se quejó el comerciante.

Baltazar señaló que, además del impacto económico, la proliferación del comercio informal afecta la imagen turística de Zacatecas, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, ya que, los visitantes que buscan tomarse una fotografía frente a la Catedral, el Teatro Calderón o los portales coloniales, se encuentran con los espacios públicos saturados de puestos callejeros.

“La gente viene a Zacatecas a ver la arquitectura, la historia, la cultura” no a tomarse fotos con un montón de churros o con puestos de feria tapando los monumentos “, lamentó. Para los comerciantes establecidos, esta situación representa una competencia desleal. Mientras ellos pagan impuestos, servicios y generan empleos formales, los vendedores informales ocupan la vía pública sin regulaciones claras.

“Nosotros trabajamos todo el año cumpliendo con nuestras obligaciones y cuando podría haber algo de venta, la competencia se divide tanto que apenas sacamos para los gastos operativos”, comentó Baltazar.

En cuanto a los precios, aseguró que los negocios formales manejan costos accesibles, con productos que oscilan entre los 20 y los 100 pesos, incluso más baratos que los de algunos vendedores ambulantes. Sin embargo, existe la percepción de que los establecimientos son más caros, aunque ofrecen garantía y respaldo.

Ante la sugerencia de sacar mercancía a la calle como forma de competencia o protesta, Baltazar consideró que eso sería insostenible. Para los negocios establecidos implicaría contratar personal extra, descuidar la tienda o arriesgar productos delicados, como ocurre en el caso de quienes venden plata.

“Sería bajarnos a un nivel que no corresponde a un comercio formal”, dijo.

Por último, llamó a “que las autoridades se pongan las pilas. No se trata de sacar fotos de los eventos o de los desfi les y decir que todo está lleno. Los que vivimos del turismo sabemos la verdad: la ciudad no está llena de visitantes, está llena de puestos ambulantes”.