Protestan en la Cámara de Diputados
Por Nallely de León Montellano

La exposición “Memorias del pasado en el presente” (Foto: Diana Moreno Valtierra)
El vestíbulo del Congreso del Estado se convirtió en un espacio de memoria y resistencia. Ahí, colectivos de familiares de personas desaparecidas inauguraron la exposición “Memorias del pasado en el presente”, una muestra que no se limita a exhibir bordados, muñecos y osos de peluche Y crochet, sino que busca dar rostro y voz a quienes han sido arrancados de su entorno.
Los objetos presentados no son simples manualidades: cada puntada, cada trozo de tela y cada muñeco tejido con estambre está cargado de recuerdos y de afecto. Los osos de peluche, elaborados con prendas de las personas ausentes, transmiten la ausencia en silencio, mientras los bordados narran con hilos de colores la rabia, la ternura y la esperanza.
Guillermina Camacho de la Serna, madre de Jorge Alberto Salinas -desaparecido en 2017- y representante del colectivo Siguiendo tu Rastro con Amor, tomó la palabra con voz entrecortada: “Ellos no son una cifra, no son un expediente archivado; son parte de nuestra vida y siguen aquí, en nuestro corazón, en cada recuerdo”. Sus palabras, acompañadas de los suspiros de otras madres presentes, llenaron de dignidad un recinto que pocas veces ha abierto sus puertas para dar lugar a estas voces.
La exposición forma parte de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Para las familias, explicaron, es también una manera de gritarle a la sociedad que el dolor de miles no puede quedar en el olvido. “Cada día que pasa sin respuesta es una herida abierta”, expresaron colectivamente.
Durante la inauguración, las diputadas Renata Ávila Valadez y María Teresa López García acompañaron a las familias. López García, con un tono crítico, señaló la urgencia de dotar de recursos suficientes a la Fiscalía de Justicia, al considerar “una vergüenza” que se contemple ampliar panteones para fosas comunes mientras cientos de cuerpos esperan identificación en el Servicio Médico Forense. Propuso reorientar un fideicomiso de más de mil millones de pesos, previsto para infraestructura vial, hacia la identificación de restos humanos.
Por su parte, Renata Ávila Valadez advirtió que, pese al discurso oficial, las cifras de desapariciones siguen en aumento “por más que intenten maquillarlas”. Cuestionó la narrativa gubernamental sobre la supuesta disminución de delitos de alto impacto en Zacatecas, recordando que la desaparición forzada también forma parte de esa realidad. La legisladora lamentó la falta de sensibilidad social frente a este fenómeno: “hasta que no les toca de manera directa, levantan la voz”, señaló. Subrayó además la importancia de que exposiciones como ésta sirvan de espejo para la sociedad y las autoridades, como un recordatorio de que detrás de cada ausencia hay un rostro, una historia y una familia que no deja de buscar.
La muestra permanecerá hasta el 30 de agosto, como parte de una agenda que incluye una velada en la explanada del Congreso y una marcha el próximo sábado. Para los colectivos, no se trata de pedir compasión, sino de exigir compromiso: que las autoridades actúen con responsabilidad y que la sociedad entienda que la desaparición forzada no es un problema ajeno, sino una herida colectiva que atraviesa generaciones.
Al recorrer el vestíbulo, entre muñecos tejidos, fotografías y peluches, se percibe un mismo mensaje: la memoria es un acto de amor y de resistencia, y mientras la justicia se retrasa, las familias seguirán bordando, marchando y exigiendo, para que sus seres queridos no desaparezcan también del presente.