Invita a Meditar Sobre la Brevedad de la Vida

Por Miguel Alvarado Valle

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Sigifredo Noriega Barceló, hizo un llamado a no ser indiferentes ante la necesidad de los demás, particularmente frente a los “Lázaro de nuestro tiempo”, en referencia a los más pobres y vulnerables (Foto: Rocio Castro Alvarado)

El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, hizo un llamado a no ser indiferentes ante la necesidad de los demás, particularmente frente a los “Lázaro de nuestro tiempo”, en referencia a los más pobres y vulnerables. Subrayó que la caridad y la solidaridad deben ser principios esenciales en la vida cristiana, no como actos aislados, sino como un estilo de vida permanente que dé sentido al paso de los días.

Durante su homilía, el obispo reflexionó sobre la parábola del rico epulón y Lázaro, narrada en el Evangelio, destacando cómo la indiferencia del primero hacia el necesitado lo llevó a la condenación, mientras que la humildad del segundo lo condujeron al seno de Abraham.

Dijo que esta enseñanza muestra con claridad que todo acto tiene consecuencias, tanto en la vida terrenal como en la eternidad. Recordó que septiembre, mes del testamento, de la patria y de la Biblia, invita a meditar sobre la brevedad de la vida y la importancia de aprovechar el tiempo.

“El tiempo es breve, la vida es breve. No dejemos problemas, aprovechemos los días para cumplir fielmente lo que hemos aprendido”, expresó, al señalar que el tiempo no debe vivirse con miedo, sino con responsabilidad. El obispo insistió en que la muerte es lo único seguro para todo ser humano, por lo que es necesario examinar las acciones y actitudes que se realizan día a día.

“El comportamiento bueno tiene consecuencias buenas y el comportamiento malo, consecuencias malas. Así de sencillo”, expresó, invitando a vivir con rectitud y a reconocer que el juicio final llegará para todos.

Añadió que, a pesar de vivir en una cultura donde se suele sacar a Dios de la vida cotidiana, no se puede negar la realidad de la muerte y la necesidad de rendir cuentas. Por ello, señaló que las Sagradas Escrituras, junto con el testimonio de Jesucristo, son suficientes para orientar la vida y dar respuesta positiva a los retos de cada época, sin esperar milagros extraordinarios.

Finalmente, Noriega Barceló reiteró que la caridad debe estar bien organizada en la Iglesia y en la vida comunitaria.