“No es Para Generar Pánico”, Asegura

Por Miguel Alvarado Valle

Imagen relativa a la nota.

El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló (Foto: Rocio Castro Alvarado)

El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, invitó a la comunidad católica a reflexionar sobre el sentido de la vida, la muerte, el paso del tiempo y la esperanza cristiana, en el marco del último domingo del tiempo ordinario, previo a la conclusión del año litúrgico.

Durante su homilía, el obispo subrayó que la palabra de Dios orienta a pensar en el final de la existencia humana y de la historia universal, no con temor, sino como una oportunidad de responsabilidad e infundir esperanza. Recordó que la fe cristiana contempla el juicio final, pero su finalidad no es generar pánico, sino fortalecer la confianza en la misericordia divina.

Para contextualizar el mensaje litúrgico, Noriega Barceló explicó tres claves: la destrucción del templo de Jerusalén, ocurrida 40 años después de Cristo; la cercanía del texto evangélico con la narrativa de la pasión como anuncio del dolor y la resurrección; y la referencia al juicio final como parte esencial de la doctrina cristiana.

Enfatizó que, aunque estos pasajes pueden interpretarse con dramatismo, su lectura profunda muestra una promesa de salvación sostenida en la fe en Jesucristo, cuya muerte y resurrección fundamentan la esperanza eterna.

El obispo exhortó a comprender que “todo pasa” y que la vida humana es transitoria, señalando que la memoria personal y comunitaria confirma el paso irremediable del tiempo: familias, vecinos y generaciones enteras dejan huella, pero no permanecen físicamente.

Subrayó que la única realidad eterna es Dios, por lo que la vida cristiana debe edificarse con la mirada en lo trascendente y con la certeza de que la misericordia del Señor acompaña incluso los momentos más oscuros y dolorosos. Asimismo, Noriega Barceló relató encuentros recientes con víctimas de violencia en diversas partes comunidades del estado, y señaló que la fe debe impulsar a transformar el sufrimiento en fortaleza espiritual.

Preguntó a los fieles cómo enfrentarán su dolor: si permitirán ser vencidos por él o si lo ofrecerán como acto de confianza en Cristo crucificado, “que nada, ni nadie, por más doloroso o complejo que sea, te aparte del único camino de la salvación”.

La esperanza, dijo, no es pasividad, sino firmeza para enfrentar realidades adversas y no abandonar el camino de salvación. Además, alertó sobre el riesgo de falsas doctrinas y creencias que prometen soluciones inmediatas o salvación alternativa, recordando que ya desde tiempos de San Pablo existían rumores que llevaron a algunos a abandonar la responsabilidad y el trabajo.

Noriega Barceló afirmó que el creyente debe vivir vigilante, con discernimiento, constancia y compromiso, convencido de que solo Jesús ofrece un camino real y definitivo hacia la vida eterna.