Piden que las Autoridades Tengan Claridad

Por Nallely de León Montellano | Fotos: Diana Moreno Valtierra

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Familiares de personas desaparecidas encabezaron este sábado una peregrinación por el centro de la ciudad como parte del “Jubileo de las Víctimas de la Violencia”, convocado
por la Diócesis de Zacatecas

Con fotografías en alto, cédulas de búsqueda entre las manos y una larga red roja tejida a mano –símbolo de la sangre derramada por la violencia en México–, familiares de personas desaparecidas encabezaron este sábado una peregrinación por el centro de la ciudad como parte del “Jubileo de las Víctimas de la Violencia”, convocado por la Diócesis de Zacatecas.

La caminata inició en la parroquia de Fátima, después de un acto de oración y reflexión.  Sacerdotes y agentes de pastoral acompañaron el recorrido, que avanzó de manera ordenada y en completo silencio hacia la Catedral Basílica.  Detrás de ellos, integrantes de colectivos de búsqueda portaban impresos los rostros de sus hijos, hermanos, esposos o padres, ausentes desde hace meses o incluso años.

El tejido rojo de rafia –una red que colectivos y personas solidarias elaboran de forma manual– se extendió a lo largo del contingente. Para quienes la sostienen, representa tanto la memoria como la urgencia: visibiliza a más de 100 mil personas desaparecidas en el país y, en el caso de Zacatecas, a las más de tres mil familias que continúan esperando respuestas.

Antes de ingresar al templo, los asistentes  realizaron una oración comunitaria frente a la fachada barroca de la Catedral, un momento cargado de simbolismo en el que pidieron fuerza para continuar la búsqueda, claridad para las autoridades y consuelo para quienes enfrentan diariamente la ausencia.

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Familiares de personas desaparecidas encabezaron este sábado una peregrinación por el centro de la ciudad como parte del “Jubileo de las Víctimas de la Violencia”, convocado por la Diócesis de Zacatecas

Ya al interior, el altar mayor fue rodeado por flores, veladoras, fichas de búsqueda y fotografías de víctimas de distintas violencias.  Durante la misa, se recordó a quienes no han vuelto a casa y se hizo un llamado a no normalizar la crisis humanitaria que atraviesa el estado.

Se pidió también por quienes buscan en campo, por quienes esperan noticias y por quienes han tenido que convertirse en investigadores, rastreadores y defensores frente a la omisión institucional. El Jubileo incluyó además conferencias y un taller matutino sobre fe, duelo y acompañamiento, actividades organizadas por la Pastoral Social y la Dimensión Fe y Compromiso Social de la Diócesis.

Como parte de la jornada, se invitó a la ciudadanía a asistir con prendas blancas y una fotografía pequeña de su familiar víctima de violencia, con el objetivo de mantener viva la memoria y promover acciones de solidaridad.

Para los colectivos, esta peregrinación representa un espacio de encuentro y también de exigencia.  Aunque el lenguaje es religioso, el trasfondo es profundamente social: frente a un estado con miles de personas desaparecidas, la búsqueda continúa siendo un acto colectivo de resistencia.