“Que nada ni Nadie les Quite la Esperanza”
Por Miguel Alvarado Valle

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En su mensaje dominical correspondiente al primer domingo de Adviento, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, convocó a los fieles a iniciar el nuevo ciclo litúrgico con una actitud de alegría y esperanza, recordando que la fe cristiana no tiene como destino la muerte ni la oscuridad, sino el encuentro definitivo con el Señor, fundamento de la plenitud y sentido de la vida.
El prelado explicó que el Adviento abre un tiempo especial de preparación interior, en el que la Iglesia se dispone a mirar tanto al futuro absoluto –la gloria de Dios– como al presente cotidiano, y propuso comprender el caminar de la vida como una “espiral” que avanza sin ser mera repetición, permitiendo crecer y profundizar año con año en la fe, la esperanza y la caridad.
Durante su mensaje destacó la presencia de jóvenes de distintas comunidades de la diócesis, a quienes dirigió un saludo especial, reconociéndolos como presente y futuro de la Iglesia y de la sociedad, y los invitó a seguir formándose, soñando y preparándose para caminar con sentido, sin rendirse ante la frustración, la decepción o el desaliento que pueden surgir en la vida cotidiana.
A ellos les dirigió un llamado directo: “encántense de la vida”, recordándoles que no están hechos para la nada, sino para un destino glorioso junto a Dios, por lo que deben aprender a caminar con ánimo, a escuchar la Palabra y a sostener la esperanza, aun cuando el esfuerzo implique vencer el egoísmo, la cerrazón o el sinsentido que a veces debilita el camino.
Extendió también esta exhortación a las familias, a quienes pidió crear en sus hogares ambientes que alimenten la ilusión, el amor y los grandes sueños, recordando que la familia continúa siendo el primer espacio para formar personas libres, capaces de amar y de perseverar, caminando juntos “cantando”, es decir, con alegría, aun en medio de las dificultades.
Finalmente, apoyado en las lecturas del profeta Isaías, de san Pablo y del Evangelio, el obispo invitó a la comunidad a mantenerse despierta y vigilante, sin dejarse arrastrar por la indiferencia o por promesas vacías, eligiendo siempre todo aquello que favorece la vida; “estén atentos –subrayó–, encántense de vivir, elijan la vida y no permitan que nada ni nadie les quite la esperanza”.
