La sequía severa y la onda de calor que han impactado a Zacatecas encendió las alarmas entre los investigadores ambientalistas, quienes advierten que estos son claros efectos devastadores del fenómeno de “El Niño” y el cambio climático, situación que en poco tiempo extinguiría a los perritos de las praderas que habitan en el semidesierto, además de provocar la “terrible” disminución de las poblaciones de otras especies de fauna silvestre.
En entrevista con El Universal, el investigador universitario Manuel de Jesús Macías Patiño refi ere que este es el tercer año de sequía en la entidad y las consecuencias serán peores, debido a que el año pasado desaparecieron dos de las cinco colonias de estos roedores silvestres (Cynomys mexicanus), ubicada en las comunidades de los municipios de El Salvador y Concepción del Oro, donde llegaron a tener hasta 4 mil 500 ejemplares; ahora no alcanzan ni a contabilizarse mil.
Refi ere que esta “gravísima situación en la vida silvestre” la ha constatado con los recorridos en las zonas del semidesierto, donde realizan programas de estudios para preservar varias especies que están en peligro de extinción, por ello, han aplicado como medida emergente pedir apoyo a los productores de zanahorias del municipio de Guadalupe para que en camionetas trasladen este alimento hasta esa región donde están las madrigueras.
“Son acciones que no solucionan la crisis, pero buscamos preservar esta especie. Hemos visto cuando los perritos de la pradera salen desesperados a comer las zanahorias (…) Se están muriendo de hambre. Ellos se alimentan de raíces, pero la sequía ha sido impactante. Nos hemos encontrado huesitos de tanto animalito muerto, en algunos casos hemos levantado los cadáveres de los Cynomys mexicanus y confi rmamos que no traían nada de alimentos en sus estómagos”, relata el especialista.
Macías Patiño revela que, en este periodo de sequía, tampoco se ha registrado reproducción en los 33 sitios de anidamientos del águila real, ubicados en varias regiones de la entidad, por la gravísima escasez de alimentos, situación que también ha repercutido en la disminución de ejemplares de otras especies como venado cola blanca, conejos, liebres y serpientes.
Ante esta situación, el investigador lamenta que las autoridades ambientalistas de ningún nivel de gobierno hayan implementado un mapa de vulnerabilidad para atender esta contingencia.
Considera que desde que se decretó la posibilidad de la presencia del fenómeno de “El Niño” en México se debió establecer un plan ambiental multifactorial, multisectorial y multipropósito para conocer los impactos en la salud pública, así como en los diferentes ecosistemas, en los recursos hídricos, en la agricultura y ganadería.
“No nos preparamos en Zacatecas para atender todas estas contingencias ambientales. Aunado a que en la entidad se tienen las radiaciones más altas del país y graves devastaciones en todos los ecosistemas. El asunto es que no se ve ningún panorama alentador con los efectos del fenómeno de ‘El Niño’, porque cuando ocurran las lluvias podrían ser las mismas cantidades de agua, pero en poco tiempo, es decir, habrá inundaciones”, lamenta el investigador.
Sequía y radiación extrema.
En el último reporte del Monitor de Sequía en México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicado en junio, Zacatecas reporta 57 de 58 municipios con diferentes grados de sequía, pero en 47 está catalogada como sequía severa, prácticamente todo el territorio estatal tiene afectaciones.
En el comportamiento por municipios se puede apreciar que en la mayoría la sequía severa se comenzó a recrudecer desde febrero, fecha coincidente cuando comenzó el aumento de temperaturas y radiaciones solares extremas, ya que los expertos climatológicos han referido que desde ese mes los índices de rayos ultravioletas han oscilado entre 11 y 12, que son los más altos.
El investigador Macías Patiño, quien fue director de la extinta Agencia Estatal de Energía —organismo que tuvo una vigencia de 2019 a 2022, y que desapareció en la actual administración estatal—, refi ere que Zacatecas tiene las radiaciones solares más altas y de calidad, incluso, si estas se aprovecharan sería uno de los estados más generadores de energías limpias.
En el escenario negativo reconoce que las radiaciones extremas que están desde hace más de un mes, en conjunto con el efecto acumulativo del cambio climático y del fenómeno de “El Niño”, sólo han recrudecido la sequía e intensifi cado las olas de calor “nunca antes vistas” en la entidad.
Segunda extinción de esta especie.
Las instituciones ambientalistas reconocen que, sin el perrito de la pradera, también conocido como “el perrito llanero mexicano y el gran ingeniero de la pradera”, los llanos serían ecosistemas secos, ya que “al cavar sus madrigueras renuevan los suelos y los oxigenan, además aumentan la infi ltración del agua y los fertilizan”.
Este roedor silvestre tiene presencia en los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas, pero se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que lo considera amenazado, además de estar clasifi cado como una especie en peligro de extinción dentro de la norma ofi cial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
El investigador Macías Patiño explica que la especie Cynomys mexicanus se extinguió en territorio de Zacatecas en 1960; sin embargo, desde 2005 él formó parte de los grupos que aplicaron acciones para reintroducirlo de nueva cuenta en el semidesierto zacatecano, principalmente en la comunidad de Tanque Nuevo, en el municipio de El Salvador, Zacatecas; incluso, dice que en 18 años se logró tener una colonia de hasta 4 mil 500 ejemplares.
Explica que es en esa comunidad a donde cada que pueden tratan de llevar zanahorias para tratar de conservar los pocos perritos de la pradera que aún existen, ya que el año pasado se perdieron por completo las colonias más pequeñas que tenían en el ejido de Ciénega de Rocamontes y otros lugares en el municipio de Concepción del Oro.
Dice que siempre se ha dedicado a trabajar en espacios naturales, porque ama la protección de la vida silvestre y trabaja en la conservación de las especies en peligro de extinción, pero su trabajo de investigación lo ha hecho principalmente con el apoyo de las agencias internacionales como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés).