“En Este mes se Sugiere no Dejar Pendientes”

Por Miguel Alvarado Valle
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En su homilía dominical, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, reflexionó sobre la etapa otoñal en la vida de las personas, una etapa que, según sus palabras, no solo se limita al cambio de clima, sino que representa un momento crucial de introspección, evolución y aceptación en el ciclo vital humano (Foto: Rocío Castro Alvarado)

En su homilía dominical, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, reflexionó sobre la etapa otoñal en la vida de las personas, una etapa que, según sus palabras, no solo se limita al cambio de clima, sino que representa un momento crucial de introspección, evolución y aceptación en el ciclo vital humano.

Al hacer referencia al otoño, no solo se refirió a la estación natural que trae consigo la caída de las hojas y la transformación de la naturaleza, sino que también lo vinculó con la idea de un tiempo de madurez espiritual.

En este sentido, el obispo resaltó la importancia de aceptar el otoño de la vida como una oportunidad para reflexionar sobre el pasado, abrazar los cambios y prepararse para lo que está por venir.

El mensaje del obispo no se centró únicamente en la nostalgia que puede surgir durante esta etapa de la vida, sino en cómo este tiempo también puede ser una fuente de crecimiento interior. Mencionó que así como las hojas caen y las familias cambian, es vital mantener los pies en la tierra y la mirada en el futuro, con la fe como guía.

“En este mes se sugiere, no dejes pendientes, no dejes problemas, no te vas a llevar nada, más que los frutos de la fe y de la caridad. Que bueno que pensemos en este aspecto de la vida”.

Al hablar del otoño como un “testamento”, el obispo hizo alusión a la idea de legado, sugiriendo que el final de una etapa, ya sea en la vida personal o en la historia de una nación, siempre nos lleva a reflexionar sobre lo que dejamos para las futuras generaciones.

El obispo también hizo una conexión entre el otoño y el “mes de la Biblia”, recordando la importancia de San Jerónimo, cuyo legado como traductor de las Escrituras al latín permitió acercar la palabra de Dios a las personas.

El obispo invitó a los fieles a profundizar en la palabra de Dios, a leerla y meditarla con el corazón abierto, resaltando que la Biblia no es solo un libro para ser leído, sino una guía viva que debe interpretarse y aplicarse en la vida cotidiana. Finalmente, concluyó su homilía recordando que el camino de la vida es un viaje hacia adelante, con la mirada puesta en el futuro.