“No Perdamos Tiempo, la Vida es Breve”, Dice
Por Miguel Alvarado Valle

Sigifredo Noriega Barceló (Fotos: Rocio Castro Alvarado)
En el marco de la celebración litúrgica de Pentecostés, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, ofreció una homilía en la que reexionó sobre el significado de esta festividad en la tradición cristiana y destacó la importancia de la unidad, la sabiduría, la audacia y la reconciliación como elementos clave para la vida.
Durante la misa dominical, celebrada en la Catedral Basílica, el obispo recordó que Pentecostés representa el cierre del tiempo pascual y el inicio del llamado “tiempo de la Iglesia”, según la liturgia católica y afirmó que este día conmemora el descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles y marca simbólicamente el nacimiento de la Iglesia.
En su mensaje, Noriega Barceló hizo referencia a las dos tradiciones bíblicas que ubican Pentecostés: una en el mismo día de la Pascua, según el evangelio de San Juan, y otra cincuenta días después, como se narra en los Hechos de los Apóstoles, en ambos casos, indicó, el elemento central es la transformación espiritual de los discípulos, quienes pasan del encierro al anuncio público del mensaje cristiano.
El obispo también aludió a los acontecimientos recientes en el ámbito eclesial, como la despedida del Papa Francisco el día de Pascua y la elección de su sucesor, León XIV, el pasado 8 de mayo. Consideró que estos hechos forman parte de un proceso guiado por el Espíritu Santo, y subrayó la continuidad de la misión pastoral de la Iglesia.
En la parte central de su homilía, Noriega Barceló propuso una reexión sobre la actualidad de los creyentes y de la sociedad en general e invitó a los asistentes a revisar lo que ha ocurrido en sus vidas personales y familiares durante los cincuenta días de Pascua, y planteó tres actitudes que consideró fundamentales: el don de la sabiduría, la audacia y la reconciliación.
Respecto a la sabiduría, mencionó que es necesaria para distinguir entre valores auténticos y antivalores que se presentan como tales en medio de una sociedad confusa. Sobre la audacia, afirmó que se trata de salir de las zonas de confort y confiar en Dios, incluso en contextos de incertidumbre.
Finalmente, destacó el valor de la reconciliación como base para una paz duradera, comenzando en el ámbito personal y familiar, “El corazón se educa y se forma en la familia. No perdamos tiempo. La vida es breve”, afirmó.
Noriega Barceló concluyó su homilía haciendo un llamado a vivir una espiritualidad activa, cercana y comprometida y reiteró que la unidad no significa que todos pensemos igual, pero sí implica un vínculo común sustentado en la figura de Jesucristo.