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De atardeceres dorados a paisajes enigmáticos, Sinaloa revela escenarios que conquistan tanto al viajero como a la lente de cualquier cámara/Foto: Cortesía

En cada rincón de Sinaloa se esconden paisajes, tradiciones y espacios que invitan a ser descubiertos y compartidos. Este recorrido reúne cinco de los lugares más instagrameables del estado, escenarios que combinan historia, cultura y naturaleza, y que se han convertido en paradas imperdibles para quienes desean capturar experiencias memorables.

Mazatlán, Para una Foto de Romance

El malecón de Mazatlán concentra algunos de los escenarios más icónicos del puerto, pero la Glorieta del Corazón, ubicada en el Paseo del Centenario, guarda un lugar especial. Su peculiar forma la ha convertido en punto de encuentro para los enamorados. También es un lugar donde las amistades se celebran con una postal frente al mar.

Justo enfrente, el Observatorio 1873 complementa la experiencia con un funicular, museos y terrazas que ofrecen vistas privilegiadas de la costa, creando el fondo perfecto para más fotografías que capturan la esencia del Pacífico.

Mocorito, Para una Foto Radiante

En este Pueblo Mágico se encuentra uno de los escenarios más luminosos y alegres del estado: su campo de girasoles. Cada temporada, cientos de flores doradas se extienden por el paisaje y se convierten en un espectáculo natural que invita a recorrer senderos entre pétalos amarillos. Este lugar conquista tanto por su colorido como por la energía que transmite, llena de vitalidad y optimismo.

La visita se corona con el Chilorio Express, el emblemático tren que recorre las principales calles del pueblo para compartir su historia, leyendas y encanto colonial. A ello se suma su gastronomía, pues Mocorito es reconocido como la cuna del chilorio, y su herencia musical, al ser la tierra de la icónica banda Los Tigres del Norte.

Narnia, Para una Foto de Otro Mundo

En la zona de La Cofradía, a pocos minutos de Imala, se encuentra un espacio natural que parece sacado de otro mundo. Conocido como Narnia, este islote está marcado por una línea de árboles que se levanta entre praderas donde pastan caballos semi-salvajes, enmarcados por montañas y cielos despejados. Es un escenario perfecto para la fotografía, el senderismo y la contemplación.

A pocos kilómetros, Imala prolonga la experiencia con sus aguas termales, herencia de tradición de sanación que se remonta a tiempos prehispánicos. Sus manantiales, que alcanzan hasta 50 °C, invitan a un descanso reparador en medio de la naturaleza.

Surutato, Para una Foto Emblemática

En lo alto de la sierra de Badiraguato, a más de 1,700 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un escenario que parece tocado por las nubes. La llamada “Puerta al Cielo”, una estructura de cristal con 18 escalones de vidrio laminado, regala una panorámica que se convierte en un ícono y una experiencia inolvidable para los viajeros. Situada dentro del Parque Mirador La Piedra, esta atracción combina la adrenalina y la contemplación en un mismo lugar.

El recorrido se complementa con un columpio que se balancea frente al paisaje, una tirolesa para los más aventureros y una habitación con vista a la sierra que invita a detenerse y admirar la grandeza del entorno. Y para añadir un toque extra, en Surutato se erige la figura de San Judas Tadeo más grande del mundo, con 28 metros de altura, un elemento que suma asombro a este destino de montaña.

El Fuerte, Para una Foto con Historia

En este Pueblo Mágico se resguarda un museo que es en sí mismo un viaje al pasado. El Museo El Fuerte se ubica en el mismo sitio donde, en el siglo XVII, se encontraba una fortaleza destinada a proteger la región. Hoy, sus muros de piedra preservan los legados de la cultura yoreme y ofrecen una mirada privilegiada al Río Fuerte, conformando un set fotográfico que combina arquitectura, historia y naturaleza, que conecta a los visitantes con las raíces culturales de Sinaloa.

El destino también ofrece una inmersión auténtica a la identidad del noroeste. Sus danzas ancestrales, como la danza del venado, resuenan al ritmo de la música tradicional; su gastronomía conquista con platillos como el wakabaki y el café de talega; y su legado se enriquece con la leyenda de El Zorro, que tiene aquí su origen.

Estos cinco lugares muestran la diversidad de Sinaloa a través de su cultura, su gastronomía y sus paisajes. Cada uno ofrece un encuentro distinto con el destino y la oportunidad de capturar imágenes que narran historias que van más allá de la pantalla.