Queramos o no, Esto es una Guerra: Obispo Noriega

Por Miguel Alvarado Valle

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“Estamos en un país inseguro. Queramos o no, esto es una guerra”, sentenció el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, al re􀃀exionar sobre los recientes bloqueos carreteros y quema de vehículos registrados en la entidad (Foto: Rocio Castro Alvarado)

“Estamos en un país inseguro. Queramos o no, esto es una guerra”, sentenció el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, al re􀃀exionar sobre los recientes bloqueos carreteros y quema de vehículos registrados en la entidad.

En entrevista, el prelado advirtió que la violencia ha alcanzado un nivel en el que ya no solo se agrede a las autoridades, sino también a la ciudadanía en su vida cotidiana, en la economía y en los espacios públicos. Reconoció que en los últimos meses se han observado algunos avances y esfuerzos en materia de seguridad, pero subrayó que aún no es momento de “echar a sonar las campanas”.

Enfatizó que los hechos violentos ocurridos en Zacatecas se replican en otros estados como Sinaloa, resaltando que la problemática es de carácter nacional, “esta gente está tan organizada que es capaz de detener al Estado durante horas y dejar secuelas de desconfianza y miedo que permanecen”, expresó.

Noriega Barceló insistió en que la estrategia de seguridad debe asumirse como una tarea conjunta entre autoridades y sociedad, “no podemos ser espectadores de lo que pasa, que nos está gritando que la inseguridad está ahí presente. Necesitamos buscar soluciones juntos. No podemos dejar solas a las autoridades y tampoco las autoridades pueden dejar solos a los ciudadanos”, dijo.

Añadió que la situación debe invitar a una reflexión más sólida, donde prevalezca la unidad y se dejen de lado intereses políticos.  A nivel federal, destacó que en lo que va de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum se ha implementado un cambio de estrategia que ha permitido cierta contención, considerado un primer paso para enfrentar con mayor seriedad la violencia.

El obispo también hizo referencia a la incidencia de delitos como las extorsiones en la entidad, que afectan principalmente a sectores productivos como agricultores, ganaderos y constructores.

Finalmente, advirtió que la inseguridad también ha impactado en la vida religiosa y en la economía de la Iglesia, pues cada vez son menos los peregrinos que se animan a salir o participar en actividades eclesiásticas, “de que afecta, afecta. Muchos prefieren no salir por temor. Aun así, la gente necesita alimentar su espíritu”, concluyó.