“Tiraderos Clandestinos Contaminan Acuíferos”
Por Nallely de León Montellano

La titular de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA) durante su comparecencia ante el Poder Legislativo como parte de la glosa del cuarto informe de gobierno (Foto: Diana Moreno Valtierra)
Durante su comparecencia ante el Poder Legislativo como parte de la glosa del cuarto informe de gobierno, la titular de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA), Susana Rodríguez Márquez, presentó un balance amplio de las acciones emprendidas en materia hídrica y ambiental, reconociendo los retos que enfrenta Zacatecas por su alto nivel de estrés hídrico, la falta de infraestructura de saneamiento y la necesidad de fortalecer la cultura ambiental desde edades tempranas.
En su intervención, la funcionaria hizo un llamado a construir una política de Estado que vincule la remediación ambiental, la gestión responsable del agua y el combate a la contaminación con una educación ciudadana que fomente el respeto por los recursos naturales.
Expuso cifras sobre la inversión en sistemas de agua potable, pozos, plantas de tratamiento y programas de reforestación, así como acciones conjuntas con la Universidad Autónoma de Zacatecas y otras instituciones para fortalecer la educaci ón ambiental.
Rodríguez Márquez enfatizó que la dependencia no solo cumple una función operativa, sino también normativa y sancionadora, con facultades para intervenir en casos de contaminación, perforación irregular de pozos y maltrato animal. Sin embargo, reconoció que la magnitud del problema hídrico y ambiental en Zacatecas supera la capacidad técnica y fi nanciera de los municipios, muchos de los cuales carecen de rellenos sanitarios adecuados o infraestructura de tratamiento.
Zacatecas, Entre el Déficit de Agua y los Tiraderos Irregulares
El diputado Pedro Martínez subrayó que, pese a las inversiones anunciadas, Zacatecas continúa entre los estados con mayor estrés hídrico del país y con defi ciencias graves en la disposición de residuos. Rodríguez Márquez reconoció que 45 de los 58 municipios carecen de un relleno sanitario formal y operan tiraderos clandestinos que contaminan los acuíferos.
Aclaró que la responsabilidad recae principalmente en los municipios, aunque la SAMA ofrece acompañamiento técnico para la localización y diseño de nuevos espacios de disposición final. Agregó que operar un relleno sanitario implica altos costos de maquinaria y mantenimiento, por lo que se busca la participación de la iniciativa privada para fi nanciar proyectos.
En materia de saneamiento, la secretaria informó que Zacatecas cuenta con 104 plantas de tratamiento, de las cuales solo 25 funcionan correctamente, mientras que el resto presenta fallas o está fuera de operación.
“En el pasado se invirtió muchísimo en plantas de tratamiento, pero no se les dio mantenimiento, y hoy enfrentamos los costos de ese abandono”, reconoció.
Presa Milpillas: un Proyecto de Alto Costo y Profunda División Social
Uno de los temas centrales de la comparecencia fue el proyecto de la Presa Milpillas, una obra emblemática que desde hace más de una década divide opiniones entre autoridades, colectivos ambientales y habitantes de Jiménez del Teúl, municipio donde se pretende construir dicho embalse.
El diputado Alfredo Femat recordó que la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, ha reiterado en múltiples ocasiones su compromiso de retomar la construcción del proyecto, con una inversión federal superior a los 9 mil millones de pesos.
Femat destacó que la presa garantizaría el abasto de agua para los próximos 30 años al corredor Zacatecas- Fresnillo, pero pidió atender primero las demandas básicas de la población local: caminos, servicios de salud, pago justo a ejidatarios y obras de infraestructura.
En su respuesta, la titular de SAMA sostuvo que el proyecto avanza de manera coordinada con la Comisión Nacional del Agua y con el Gobierno del Estado, pero aclaró que la prioridad es el bienestar de las comunidades.
“La gente de allá primero quiere su agua y garantías de que no se les va a quitar su río, que sus animales seguirán bebiendo de él. No ha habido presión ni actos de represión, hemos dialogado cara a cara con quienes nos lo han permitido”, arfimó.
Rodríguez Márquez reconoció que Jiménez del Teúl es uno de los municipios más marginados del país, con apenas 5 mil habitantes y sin condiciones de desarrollo sostenible. Agregó que el proyecto podría generar más de 10 mil empleos y detonar la economía regional, pero insistió en que el gobierno busca hacerlo con consenso y respeto a las comunidades.
“Defender su río, sí; nadie se los está quitando. En el pasado se hicieron las cosas mal, lo asumimos, pero hoy queremos hacer las cosas bien”, señaló.
Resistencia de la Sociedad Civil
A lo largo de los últimos años, el proyecto Milpillas ha sido uno de los más controvertidos en Zacatecas.
Desde su anuncio, colectivos ambientalistas y organizaciones sociales han denunciado que su construcción implicaría el desplazamiento de familias campesinas, la pérdida de biodiversidad y el desvío de recursos hídricos en benefi cio de sectores industriales y urbanos, sin garantizar el derecho al agua para las comunidades rurales.
Habitantes de Jiménez del Teúl, Atotonilco y otras localidades han expresado su rechazo a la obra, argumentando que el río Atenco fuente principal del proyecto es parte esencial de su vida comunitaria, cultural y económica.
Las protestas y bloqueos ocurridos en años anteriores dejaron una profunda desconfi anza hacia las autoridades, que en su momento fueron acusadas de intentar imponer la presa sin un proceso de consulta libre e informada. El discurso actual del gobierno estatal busca cambiar esa narrativa: no imponer, sino convencer, reconstruir la confi anza y garantizar que la población local sea la primera benefi ciaria del proyecto.
Sin embargo, para los colectivos ambientalistas, el desafío no solo radica en la transparencia o el consenso, sino en un replanteamiento del modelo de gestión del agua en Zacatecas, históricamente marcado por la sobreexplotación de acuíferos, la minería y el uso desigual del recurso.
Ante este escenario, la secretaria insistió en que la Presa Milpillas es la mayor inversión en infraestructura hídrica del Zacatecas contemporáneo, “que no debe ser minimizada”, pero advirtió que el reto no se reduce a construir una obra: implica modifi car conductas, fomentar una cultura de cuidado y garantizar equidad en el acceso al agua.
El proyecto, dijo, continúa en fase de actualización técnica y en proceso de diálogo con las comunidades, con la compra de más de 200 mil metros cuadrados de reserva territorial y la realización de nuevos estudios hídricos.
Mientras tanto, las posturas políticas y sociales se mantienen divididas entre quienes la consideran una oportunidad histórica para resolver la escasez de agua y quienes la ven como una amenaza al equilibrio ecológico y a los derechos comunitarios.
Al cierre de su comparecencia, Rodríguez Márquez afi rmó que la SAMA busca “el cómo sí” avanzar en materia ambiental y de gestión hídrica.
“Tenemos como aliados las razones sociales y las razones ideológicas”, concluyó, reiterando su llamado a la cooperación institucional y al respaldo presupuestal. La comparecencia dejó claro que el futuro del agua en Zacatecas no solo depende de la infraestructura o la inversión, sino de la voluntad política y social para construir un modelo equitativo y sustentable, donde los ríos, los campos y las comunidades rurales sean reconocidos no como obstáculos, sino como el corazón mismo del desarrollo.
