A Través de la Oración y la Misión Cristiana
Por Miguel Alvarado Valle

Sigifredo Noriega Barceló, destacó la importancia de mantener viva la fe mediante la constancia en la oración y el compromiso con la misión evangelizadora. (Foto: Rocio Castro Alvarado)
Durante su mensaje dominical, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, destacó la importancia de mantener viva la fe mediante la constancia en la oración y el compromiso con la misión evangelizadora.
En el marco del Domingo Mundial de las Misiones y del cierre de la semana vocacional, el prelado reflexionó sobre el pasaje evangélico que pregunta: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la Tierra?”, cuestionamiento que invitó a los fieles a examinar la solidez de su relación con Dios y su testimonio de vida.
El obispo señaló que el Evangelio propone una catequesis sobre la oración, la cual no debe ser esporádica ni superficial, sino “constante, insistente y confiada”.
A través de la parábola de la viuda y el juez injusto, explicó que la perseverancia de la mujer representa la confianza del creyente en la justicia y misericordia de Dios.
En contraste, el juez que actúa por conveniencia refleja la indiferencia del mundo actual ante el sufrimiento y la falta de fe, “Si ese juez injusto atendió a la viuda por insistencia, imaginemos cuánto más nos atenderá Dios, que es perfecto juez y amor total”, expresó.
Noriega Barceló enfatizó que la fe y la oración son inseparables, pues una alimenta a la otra, “Sin fe no hay oración, y sin oración la fe se apaga”, afirmó. Añadió que la auténtica oración busca la voluntad de Dios, “No se trata de pedir lo que queremos, sino de confiar en que Él nos dará lo que necesitamos para nuestra salvación”.
Según el obispo, esta confianza transforma la vida, da sentido al sufrimiento y fortalece el espíritu para enfrentar los retos cotidianos con esperanza. En el marco del Domingo de las Misiones, el obispo recordó que toda persona bautizada tiene una responsabilidad misionera: llevar el Evangelio con sus acciones, palabras y actitudes.
Lamentó que en la actualidad muchas personas se resistan al compromiso cristiano, y advirtió que esa apatía es reejo de una fe debilitada y de una oración ausente. Asimismo, el prelado aprovechó la ocasión para conmemorar los 156 años del Seminario Diocesano de Zacatecas, institución que forma a los futuros sacerdotes.
Recordó las palabras bíblicas: “¿Quién irá? ¿A quién enviaré?”, subrayando la urgencia de que surjan nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas que dediquen su vida por completo al servicio de Dios y de los demás.
Finalmente, el obispo Noriega Barceló invitó a los fieles a vivir con coherencia los valores del Evangelio y convertirse en “misioneros de esperanza”.