Los Feminicidios, Exhiben la Gravedad Criminal

Por Nallely de León Montellano

Imagen relativa a la nota.

El asesinato de una niña de 15 años ocurrido este 25 de noviembre en la comunidad de San Jerónimo, municipio de Guadalupe, volvió a exhibir la gravedad de la violencia feminicida en Zacatecas. (Fotos: Rocío Castro Alvarado)

El asesinato de una niña de 15 años ocurrido este 25 de noviembre en la comunidad de San Jerónimo, municipio de Guadalupe, volvió a exhibir la gravedad de la violencia feminicida en Zacatecas. La joven fue asesinada por un hombre de 29 años, quien también privó de la vida a la madre y al padre de la menor, en un hecho que conmocionó a la comunidad y que coincidió con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Organizaciones feministas señalaron que este crimen confirma lo que han venido advirtiendo desde hace años: en Zacatecas la vida de niñas, adolescentes y mujeres se encuentra en constante riesgo y el Estado sigue sin garantizar condiciones mínimas de seguridad.

Afirmaron que no se trata de un hecho aislado ni inexplicable, sino de la expresión más extrema de una estructura patriarcal que atraviesa todos los espacios de la vida social. Colectivas feministas precisaron que este caso no debe presentarse como una relación de pareja, pues se trataba de una niña sometida a una relación profundamente desigual marcada por el poder, la manipulación y el adultocentrismo.

Señalaron que el uso de ese lenguaje en los medios de comunicación normaliza el acceso de hombres adultos a los cuerpos de niñas y adolescentes y contribuye a reproducir violencias que terminan en tragedias irreparables. De acuerdo con el pronunciamiento, cada feminicidio desgarra el tejido social, rompe familias, fractura comunidades y deja un mensaje claro sobre el tipo de entorno en que viven las mujeres de esta entidad.

La violencia no está oculta, apuntan; se instala en los hogares, en las escuelas y en los vínculos afectivos de la vida cotidiana. La Fiscalía del Estado aseguró que no permitirán que ninguna mujer sea dañada, pero las colectivas recordaron que este tipo de declaraciones se repiten cada año sin que se traduzcan en medidas efectivas de prevención.

Añadieron que la justicia que llega después del asesinato no repara la ausencia, ni salva la vida que ya no está, ni transforma un sistema que sigue produciendo violencia de manera reiterada. El movimiento feminista subrayó que la solución no se reduce al castigo, pues el aumento de penas o la creación de nuevos delitos no han frenado la violencia.

Señalaron que mientras la estructura social, cultural e institucional que permite, reproduce y normaliza estas agresiones permanezca intacta, los casos continuarán repitiéndose. Las colectivas llamaron a niñas, adolescentes y mujeres a organizarse, acercarse entre sí, construir redes de cuidado y compartir información y rutas seguras.

También hicieron un llamado a las familias, escuelas, autoridades y medios de comunicación para que asuman que la violencia contra las mujeres no es un asunto privado, sino la expresión más aguda de una estructura que rompe la capacidad de vivir en comunidad.

Finalmente, enfatizaron que mientras una niña pueda ser asesinada por un hombre adulto, no se puede hablar de seguridad en Zacatecas. Señalaron que la protección de niñas y adolescentes debe ser prioritaria en un estado donde la violencia feminicida ha demostrado, una y otra vez, que ninguna está a salvo.