Por Arlette Luévano

Arlette Luévano
PODRÍA DECIRSE que llegué tarde a Marco Aurelio: lo leí apenas en 2018, en una clase de filosofía. O quizá llegué justo a tiempo. Aunque muchos de sus pasajes tuvieron la fuerza de una súbita revelación, muchos otros fueron la constatación de aprendizajes intuidos, la alegría de encontrarle forma a lo que no había sabido nombrar. Desde entonces regreso a Meditaciones cada tanto, porque se volvió un lugar de conversaciones exigentes y honestas.
HAY MOMENTOS del calendario en que me gusta hacer una pausa consciente. Me ocurre cerca de mi cumpleaños y también ahora, cuando nos despedimos de un ciclo. Una especie de suspensión del paso automático. Suelo revisar propósitos, mirar lo que quedó a medias, reconocer desvíos. El calendario es un pretexto, sí, pero también una forma de ordenar preguntas que de otro modo quedarían dispersas.
EN ESAS pausas vuelvo a Meditaciones, de Marco Aurelio. Después de buscar varias, me he quedado con la traducción de Ramón Bach Pellicer para la Biblioteca Clásica Gredos. Es una edición sobria, detallada y precisa, que exige atención. De ahí tomo la siguiente cita:
“AUNQUE DEBIERAS vivir tres mil años y otras tantas veces diez mil, no obstante recuerda que nadie pierde otra vida que la que vive, ni vive otra que la que pierde. En consecuencia, lo más largo y lo más corto confluyen en un mismo punto. El presente, en efecto, es igual para todos, lo que se pierde es también igual, y lo que se separa es, evidentemente, un simple instante. Luego ni el pasado ni el futuro se podría perder, porque lo que no se tiene, ¿cómo nos lo podría arrebatar alguien?”
ES LA ESTOICIDAD de vivir el presente. Sin cinismos ni falsos consuelos. Sin dramatismos ni autoengaños. Porque el año que termina no se acumula como experiencia garantizada ni se transforma automáticamente en aprendizaje. Simplemente es tiempo que ya pasó, no puede corregirse ni compensarse. Esta idea desmonta una de las trampas más frecuentes del cierre de ciclo: creer que el pasado puede ajustarse con arrepentimientos tardíos o que el futuro queda asegurado con listas prolijas de buenos propósitos. Marco Aurelio no se instala ni en la nostalgia ni en el optimismo. Nos devuelve, una y otra vez, al presente como único territorio real.
DE AHÍ su insistencia en el examen constante, en la importancia de reivindicar la acción. Dice también: “No sigas discutiendo ya acerca de qué tipo de cualidades debe reunir el hombre bueno, sino trata de serlo”.
LEÍDA EN este momento del año, la frase incomoda porque cancela la tentación de teorizar sobre el cambio. No invita a imaginar quiénes seremos mañana, sino a observar cómo estamos viviendo ahora. Invita a la responsabilidad cotidiana.
HAY TAMBIÉN en Meditaciones una propuesta a salir un poco del encierro del yo: “Contempla el curso de los astros, como si tú evolucionaras con ellos, y considera sin cesar las transformaciones mutuas de los elementos. Porque estas imaginaciones purifican la suciedad de la vida a ras de suelo”.
MIRAR EL movimiento del mundo para recordarnos que somos parte de un flujo más amplio. Con esa perspectiva, el balance se vuelve menos asfixiante, y da una pauta para poner cada cosa en su lugar. En su escala.
TAL VEZ una de las frases más difíciles de aceptar en una época obsesionada con comenzar de nuevo sea esta: “Y conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida”.
LEÍDO EN su contexto, el fragmento no trata urgencia ni de intensidad, pone el acento en la atención y la consciencia. Actuar como si fuera la última vez implica no traicionar el acto presente con hipocresía, egoísmo o ruido interior. Hay que vivir como si cada gesto importara, porque es el que está ocurriendo.
EL CALENDARIO seguirá avanzando. La pregunta, como siempre, es si nosotros lo haremos con él, o si dejaremos que pase sin mirarlo de frente. Las palabras que comparto en esta ocasión quieren ser un motivo seguir con Meditaciones:
“¿QUÉ QUEDA entonces sino disfrutar de la vida, trabando una buena acción con otra, hasta el punto de no dejar entre ellas el mínimo intervalo?”
